lunes, 1 de diciembre de 2008

BARON ROJO CON LA BANDA SINFONICA DE MISLATA

15 de Noviembre de 2008. Pabellón La Canaleta. Mislata (Valencia)

Menuda nochecita. Siempre es emocionante saber que vas a estar presente en una velada que va a hacer historia. Y esta vez era por partida doble. No sólo porque sabíamos que se iban a registrar un CD y DVD en directo, que ya hemos asistido a varias de estas grabaciones. Sobre todo porque era la primera vez que en España un grupo de nuestro rollo llevaba a cabo la experiencia de tocar con una orquesta de verdad. Todos sabemos que en el extranjero no es nada nuevo, pero aquí es la primera vez que ocurre, y nos da en la nariz que no será la última.
A los BARON ROJO, se les vinieron encima algunos imprevistos, pero pudieron sortearlos. En principio la cosa no revestía demasiada dificultad, se trataba de un concierto más en el cual la banda sinfónica se iba a adaptar a los Barones. Pero en el par de días que duraron los ensayos pronto vieron que en la práctica iba a ser al revés. Encima, Carlos había sufrido un inoportuno resfriado. Para un cantante experimentado no era nada, cualquiera que sepa usar adecuadamente sus cuerdas vocales y su sistema respiratorio puede salir al paso. Pero no dejaba de ser más responsabilidad y tensión añadida.
De todo esto nos enteramos mucho más tarde. Lo que resultaba chocante en el pabellón en los momentos previos era el elevado número de músicos con sus instrumentos en mano que se mezclaban con el público entrando y saliendo, y no menos llamativa era la cantidad de gente mayor, casi diría anciana, que había en el recinto. Se trataba de un pabellón deportivo, con lo cual muchos eligieron quedarse en las gradas en vez de en la pista. Ni que decir tiene que se agotaron las entradas, fuera se quedó bastante peña con un cabreo monumental, y no se entiende que el Ayuntamiento no permitiera más aforo, creo que podrían haber entrado sin ningún peligro por lo menos 500 personas más.
El retraso ha sido sólo de 20 minutos. Los cerca de 100 músicos de la orquesta en sus puestos, aparece el director Andrés Valero, y arrancan con un intro súper cañera, al mismo tiempo que desquiciada y casi diría enervante. ¿Cómo empezaría Barón Rojo? ¿Con “Breakthoven”? ¿Quizá con “Al Final Perderán?” Pues no, van a lo seguro con la canción que les da nombre. Al principio se les nota cuidadosos, temerosos de que todo se vaya a la mierda por una metedura de pata. Entonces recordé el poco tiempo que lleva Gorka en la banda y los escasos bolos que le había dado tiempo a hacer. Pero pasan los minutos, y la cosa funciona. Poco a poco los Barones se van relajando. Con “Desertores del Rock”, que resultó apoteósica, ya se han soltado por completo, sobre todo Armando, que como siempre no sabe estarse quieto. “Larga Vida Al Rock And Roll” y “El Hombre de Las Cavernas” quedan geniales. En “Incomunicación” Carlos finaliza con su armónica, como ya es costumbre, momento en el que la orquesta se detiene. Y seguirá parada Con “Invulnerable” y “Te Espero en El Infierno”. Como veremos más adelante, Barón Rojo han optado por el “más difícil todavía”. Quizá para que la orquesta tenga algunos momentos de descanso, hay unos cuantos temas en los que tocan solos, pero “casualmente” son canciones que hace mucho que no interpretan, recuperadas para la ocasión como aliciente añadido. Una dificultad suplementaria para Gorka, pero la gente ni se entera, el ensamblaje que en tan poco tiempo ha conseguido con Rafa, Carlos y Armando es simplemente perfecto.
La orquesta recupera la actividad con “Las Flores del Mal” y “Satánico Plan (Volumen Brutal)” que fue de las que mejor quedaron. En “Cueste Lo Que Cueste” el pabellón entero hace palmas, hasta los músicos de la orquesta. Tras “El Malo” la banda sinfónica toma un nuevo respiro, esta vez son “Caso Perdido” y “La Voz de Su Amo” las que Barón toca “a pelo”.
La orquesta vuelve a la acción al mismo tiempo que el público explota al llegar “Concierto para Ellos”. Siguen “Cuerdas de Acero” y “Con Botas Sucias”. En “Los Roqueros Van al Infierno” se mantiene el medley con “Smoke On The Water” y “Highway To Hell”, se puede imaginar cómo las recibió la gente. De nuevo la orquesta se detiene. Ahora son “Hiroshima” y “Se Escapa El Tiempo” las elegidas.
Podemos decir que llega un bis, porque Barón Rojo se va del escenario. Ahora es la orquesta quien se queda sola (es un decir) interpretando la magistral 5ª Sinfonía de Beethoven. No pude evitar acordarme de la letra que le puso La Trinca hace casi un cuarto de siglo en su genial y desternillante “Oda Al Papel Higiénico”. Creo todos sabíamos que detrás sólo podía ir “Breakthoven” Por última vez en la noche, la orquesta se detiene para “What´s Next To The Moon”. El trabajo vocal de Carlos está siendo de matrícula de honor. Cuando los lectores escuchen el disco juzgarán si se nota su constipado. El final llega con dos imprescindibles: “Resistiré” y “Siempre Estás Allí”.
Cuando ya pensábamos que todo había terminado, llega otro inesperado bis totalmente fuera de guión. Los miembros de la banda sinfónica convencen a los barones para que interpreten como broche final las conocidas “Czardas”. La orquesta en pleno baila sobre el escenario. Sin espacio para moverse ante la caótica invasión, se las apañan para tocar como pueden ante el júbilo generalizado. En total ha faltado unos pocos minutos para las tres horas. Si para nosotros ha sido agotador, no quiero imaginar lo que habrá sido para los músicos, tanto para los sinfónicos como para los rockeros. Pero sin duda el experimento ha merecido la pena, y mucho.
Nacho Jordán
Fotos: Jose Antonio Gómez (www.baronrojo.net)

lunes, 17 de noviembre de 2008

FESTIVAL NOS VA LA MARCHA

27 de septiembre 2008. Auditorio Municipal Villa de Vallecas

El 27 de septiembre. Ésa era la fecha… ¿O era el 22? Ah, claro, algo de ese día también flotaba en el ambiente. El caso es que hacía 30 años, el susodicho 22 de septiembre, en la antigua plaza de toros de Vistalegre tenía lugar un acontecimiento único en cuanto a la historia musical de este país, el Rocktiembre, con un elenco de bandas de lo más granado de la incipiente escena rockera patria, un evento que trascendió lo meramente musical y se convirtió en algo más, en estandarte de toda una generación.

Así con todo, unos locos deliciosos como son Julio Castejón y Carlos “Nano” Hervás, a los que desde estas líneas queremos dar las gracias públicamente, se liaron las respectivas mantas a la cabeza para dar vida a esta efeméride bautizada con el nombre de aquella grabación en Vistalegre, que ahora es pieza de coleccionista, bien representada por un nutrido grupo de bandas de renombre: NOS VA LA MARCHA, que no iba a ser menos que su antecesora y también se grabó para una posterior edición audiovisual. Esta dulce locura no es otra cosa que (amén de otros matices y si se nos permite decirlo) un sentido homenaje a la cultura musical de este país, a la memoria de lo que nunca se olvidó, un ataque directo a la nostalgia de lo que está por venir y un ejemplo para todos. En esta ocasión, el Auditorio Municipal de Vallecas fue el lugar elegido y bien elegido (¿por qué no se harán más historias de este tipo en el recinto?). Un lugar abierto, amplio, acondicionado con gradas, un solvente escenario al que se dotó de todo lo necesario para una descarga de auténtico Rock… Vale, faltaban baños y es un detalle que se debería haber previsto (sobre todo porque el sector femenino sufrió de lo lindo ese día), pero esperamos que sea para la próxima vez y que no tarde 30 años. Por cierto, que no es asunto baladí: GRATUITO y puntual.

No nos podemos olvidar de la gente, que respondió a pesar de la temprana hora, del chaparrón que cayó al final del día, que disfrutó como hacía tiempo que no veía, que hizo confluir en un mismo espacio y tiempo a varias generaciones en una jornada entrañable de encuentros que no se podrían dar en otras ocasiones, emociones y discursos que iban más allá, como decimos, de lo meramente musical; un variopinto conjunto de gente que convivió y rompió tabúes que nunca debieron arraigarse. Como tampoco queremos olvidar a toda la gente que contribuyó para que el evento estuviese a la altura de las circunstancias: organización, presentadores (algunos más que otros, para qué nos vamos a engañar… José Mora, sigues siendo el más grande, aunque otros tengan “más cabeza y menos corazón”, como decía el poeta), los técnicos que solventaron los inevitables “duendecillos verdes” a lo largo de las actuaciones y que dotaron a éstas de un más que aceptable sonido, y como no podía ser de otra forma: a todas y cada una de las bandas y músicos que participaron esa tarde-noche. Ahora mismo os contamos…

BOLETUS / MOTOCICLÓN
Cuestiones que no vienen al caso pero que nos sucedieron a muchos de los que luego fueron llegando al recinto, nos perdimos la actuación de los vallecanos BOLETUS (con voz femenina al frente, nos dijeron), que abrían fuego a las 17 horas, y la mayoría de la descarga de MOTOCICLÓN, de los que sí os podemos decir que sonaron con descaro y buen hacer, mezclando el punk con el mismísimo heavy en una combinación coherente aunque la lógica nos diga que no debería serlo; sonido crudo, recién sacado del garaje, visceral y rabioso, de bases más pesadas, que estuvo a la altura, llevándose de calle al personal que por aquel entonces se agolpaba ya en el Auditorio (que no era poco, por cierto). Nos sorprendieron gratamente, buena banda.

COZ

Míticos, entrañables, a veces hasta horteras, dirán, pero uno de los platos fuertes tras volver al panorama musical y que repetía 30 años después con Juan Márquez a la cabeza (curiosamente, el cantante y bajista no estaba en Coz en el Rocktiembre de 1978, sino con MAD, qué cosas…), bien acompañado por Miguel Ángel L. Escamez y Antonio G. Tejada a las guitarras y el ya histórico Enrique Ballesteros a la batería. El repertorio que nos regalaron fue el de los clásicos inexcusables, claro: “Las chicas son guerreras”, “Más sexy”, “De mal en peor”, “Imagínate por qué”, etcétera; pero que no se olvidaron de recordarnos que están de nuevo en la brecha con “Adiós, delgadita” o “Abran fuego, hagan juego” de su "Revuelta" (2008). Sin duda, Coz son un clásico del rock’n’roll de este país que nos ofrecieron un concierto que no tuvo el mejor sonido de la tarde y al que se sumó algún que otro problemilla técnico que solventaron con solos y simpatía, pero también había muchas ganas de verlos y de oír a los originales de los clásicos de fiestas patronales a lo largo y ancho de la piel de toro, y eso se nota. Por cierto, que también hubo coristas, que aliviaron con clase la labor vocal de Juan Márquez (algo apagada, en ocasiones) y la intervención de Juan Olmos (teclados y voz), habitual colaborador de la banda, para marcarse a la voz un par de temas. Quizá, un show algo irregular a la par que bailable, como no podía ser de otra manera (lo decimos por lo de bailable, que quede claro).

Juanma Martínez

CASABLANCA

Tras la descarga de Coz les tocaba el turno a unos remozados Casablanca. Una banda de la queya pudimos disfrutar con su nueva formación en febrero en nuestra fiesta aniversario de Alianza en Ritmo & Compás y que en esta ocasión volvimos a ver sobre las tablas ya mucho más empastada y cohesionada que entonces. El escenario era mayor, los ensayos se notaban y la respuesta de la gente, a pesar de no ser reconocidos por muchos, fue de lo más positiva y para gran parte del personal fueron sin duda la sorpresa más positiva del festival. Gran mérito de esto, y del éxito global del festival junto a Julio Castejón, lo tiene Carlos “Nano” Hervás, bajista y único miembro original del grupo que puso toda su energía e ilusión tanto sobre las tablas como en dentro de las tripas del auditorio vallecano, contagiando a sus compañeros que completaron una gran actuación. A Juanjo Temiño le vimos y escuchamos en su mejor forma, con esa voz desgarrada y profunda que tan bien se acopla a las composiciones de Casablanca, con ese rollo rockanrolero, algo más hard que en sus inicios, y en las que las guitarras de Nacho Ruiz y Marisa De La Plaza sonaron muy bien, siempre con el respaldo del propio Nano y de José Manuel Fernández desde el fondo con su batería. Basaron la mayoría de su repertorio en temas que integrarán lo que será su nuevo álbum “Apostando Contra El Avestruz” que esperamos como agua de mayo, bien acompañados quizá por los tres temas más clásicos y reconocibles de la anterior etapa del grupo, más una entrañable sorpresa que a continuación detallaremos. Abrieron con “El Rey Del Siglo XX” un tema perfecto para entrar en calor y ponernos en situación, seguida por “Cabeza Y Corazón” que cuanto más la escucho más me gusta y que sonó de muerte. Siguieron con temas nuevos como la muy recomendable “Caras De Cera” que todos los chavales deberían escuchar con atención, o las no menos directas y reivindicativas “Da Tu Primero” que sonó realmente enérgica y “U2 Y Aleluya” en la que Bono y Cia. no salieron muy bien parados.El momento entrañable y nostálgico llegó con el permanente recuerdo al tristemente ausente hace ya bastantes años Terry Barrios en forma de himno como es “Vallecas 1996” que clavaron y en la que todos cantamos y donde afloraron las emociones. Vuelta a la actualidad con la positiva “Lecciones De Felicidad”, para dar paso a continuación en escena a dos voces femeninas como las de la experimentada Mar Cabello y la de Natalia que dejaron su impronta hasta el final del concierto en los tres últimos temas. El primero de ellos una magnífica adaptación al español de “God Gave Rock’n’Roll To You” clásico de Russ Ballard que hicieron grande Kiss y que Casablanca han rebautizado como “Hay Rock’n’Roll En Ti” y que tiene todas las trazas para convertirse en otro de los himnos de la banda, como ya comprobamos que lo son hace tiempo las vacilonas “Me Liaste Niña” y “Corta La Sesión” en la que se dejaron notar a base de bien las voces de Mar y Natalia. Un gran y divertido cierre para un muy buen show que esperamos sea el primero de muchos de este grupo que tiene mucho que decir.

SHERPA

Por unas cosas o por otras no había tenido oportunidad de poder ver en directo las evoluciones de la banda del ex bajista y cantante de Barón Rojo, y las referencias que tenía de gente que le había visto tampoco eran demasiado positivas, por lo que no depositaba demasiadas expectativas en su actuación. Y la verdad es que no me sorprendió, ni para bien ni para mal, me pareció que el Señor Campuzano junto al resto de su banda hicieron un concierto correcto técnica y musicalmente hablando y que subió muchos enteros por el buenísimo y efectivo set que escogieron para la ocasión. Basta con decir que el setenta por ciento del mismo fueron clásicos de su banda primigenia y que los tres temas restantes de su carrera como Sherpa son de los mejorcitos aunque eché de menos un par de ellos como “Ajedrez Mortal” y “Al Centro Del Corazón”, quizá porque suenan mucho a Barón. Abrieron fuego con “Guerrero En El Desierto”, el tema que daba nombre a su primer disco, sonó bien y supuso un buen comienzo, al que siguieron dos pelotazos del pasado que empezaron a ponernos las pilas, “El Malo” y “Son Como Hormigas” a pesar de que no sonaron todo lo redondos que sería deseable por algún que otro problema técnico. Se mejoró el sonido con “Flor De Invernadero”, ya de sobra conocida por la audiencia y coreada con su ácida y sutil crítica a los “triunfitos”, y con la magnífica instrumental “El Barón Vuela Sobre Inglaterra”, a pesar de que, como en toda la actuación, las guitarras de Raúl Rodrigo y Luis Cruz no me sonaron todo lo poderosas que debían (los De Castro son mucho De Castro). Mientras Sherpa y Hermes cumplían sin alardes en la base rítmica, daban entrada al teclista barcelonés Jordi que puso su grano de arena en una retocada “Campo De Concentración” que les quedó algo extraña, para seguir con la novedosa “Pies De Plomo” que pasó más desapercibida, recuperando el pulso con una tremenda “Concierto Para Ellos” ya con el personal entregado y olvidándose por completo de lo problemas técnicos. El final estuvo lleno de emotividad con “Hijos De Caín” y “Tierra De Nadie” que sonaron bastante bien, esta vez con las teclas más correctas. Lo dicho, un buen concierto sobre todo por el entorno y los temas y que mantiene vivo el debate, ¿quién está en mejor forma, Sherpa o Armando y Carlos?. Por ahora me quedo con los segundos.

ASFLATO

Tenía mis dudas a cerca de la actuación de los renovados Asfalto de Julio Castejón tras haber presenciado su show en el festival Leyendas Del Rock en el que me pareció que habían ralentizado un tanto los temas y suavizado en exceso su sonido. Afortunadamente parece que se ha revitalizado y en Vallecas nos ofrecieron un concierto mucho más rockero y más acorde con lo que piden los fans y la historia del grupo.Y eso que tanto Julio como el otro guitarrista y cantante Raúl Santana estaban afectados por una inoportuna gripe, algo que no les impidió sacar adelante el concierto con absoluta solvencia y con momentos realmente brillantes.Comenzaron con la entrañable “Espera En El Cielo” de su “Planeta De Los Locos” donde nuevamente Terry apareció en su dedicatoria, y en la que ya empezamos a comprobar el gran nivel instrumental tanto del teclista Carlos Parra, como del bajista Juanvi García y el batería Viti Ilarraza. Siguió calentándose la historia con un himno totalmente vigente como es “La Paz Es Verde” en el que Raúl se hizo cargo con poderío de la voz principal recordando al mismo Oñate, aunque en un tono más agudo. Julio recuperó el protagonismo en la más tranquila “Vidas Paralelas” de su disco en solitario “La Manzana” que pasó algo desapercibida, y a partir de aquí con otras piedras angulares de la música española como son “Más Que Una Intención” ¡como siguen sonando esos teclados!, “Es Nuestro Momento” muy buena una vez más, y “Días De Escuela” que sigue poniéndonos los pelos de punta y que fue coreada voz en grito por un ya repleto auditorio al que no le importó soportar un breve chaparrón que nos refrescó para seguir disfrutando. La influencia de los Beatles quedó patente en la novedosa “Gente Como Tú” de el último trabajo del grupo “Utopía”, que volvió a parecerme algo floja para el directo, mejorando bastante en la parte final con “Desaparecicdo” y “Buffalo Vil” donde volvieron a brillar la voz de Raúl y las teclas profundas de Carlos, con “Rocinante” entre medias para acabar de poner el punto nostálgico, y un tanto horterilla, pero que volvió a ser cantada a grito pelado por todos.Gran concierto en definitiva, y que esperemos que como dijo Julio hayan vuelto para quedarse, con noches como la del otro día no nos importará repetir.

OBUS

Apenas quince días después de haberles visto en las fiestas de Fuenlabrada volvíamos a echarnos a la cara a Fortu, Paco y compañía. Y la verdad que en la localidad del sur de la Comunidad de Madrid Obús nos convencieron bastante, mucho más que otras ocasiones anteriores (Granito Rock), y teníamos ganas de ver si ratificaban su buen momento en su barrio. Y ciertamente así fue, calcaron prácticamente el show con un repertorio lleno de clásicos fiesteros y macaras a más no poder y metiéndose a la gente en el bolsillo desde los primeros acordes de la recuperada “Necesito Más”, con algún que otro fallo pirotécnico, eso sí. De ahí en adelante prácticamente sin descanso, sin apenas interrupciones ni presentaciones fueron destripando cañonazo tras cañonazo, “La Raya”, “Autopista” y “Pesadilla Nuclear” fueron las primeras en caer, con Fortu marcándose esas poses entre horteras, macarras y folclóricas, cantando a buen nivel, acompañado por la siempre efectiva y sobria labor de Paco en la guitarra y por la buena función que desempeña Nacho al bajo y las voces de apoyo mostrándose como un elemento completamente integrado en el engranaje de Obús tras reemplazar a Juan Luis hace ya bastantes meses. Algo más perdido, aunque correcto, encontré al nuevo batería del que no recuerdo el nombre, y que últimamente sustituye a Fernando. “El Que Más” volvió a ser una oda al macarreo más barriobajero con el pie de micro de Fortu convertido en una bengala en su parte final, acompañada de la reivindicativa “Juego Sucio” que sonó llena de rabia. Me rechinó un poco la actitud fiestera en un tema como “Te Visitará La Muerte” y que si cuadraba perfectamente para lo que nos quedaba de ahí hasta el final, “Solo Lo Hago En Mi Moto” con flexiones incluidas y salida a escena de un invitado en silla de ruedas, “Que Te Jodan” coreada sin freno con un montón de dedos corazones en alto, y “Dinero, Dinero” que fue de las que más me gustó junto con “Va A Estallar El Obús” que sigue siendo indispensable. El cierre etílico festivo no pudo ser más explícito con “Vamos Muy Bien” botella de JB en mano de Fortu y “Esta Ronda La Paga Obús” en la que se produjo una invasión de público consentida para poner el fin de fiesta.
Un fin de fiesta, por cierto, que no era el programado, y que lamentablemente debemos poner en el debe de Obús, ya que estaba previsto que se interpretará, y se ensayó incluso por la mañana, el clásico “Mis Amigos” de Topo por parte de componentes de las bandas participantes en el Festival. Algo que personalmente me hubiera parecido bastante más entrañable y apropiado tratándose de la ocasión que se trataba. Está bien hacer el macarra, pero cuando se programa algo en común con más gente hay que saber poner el límite a la macarrada.

Mariano Palomo
Fotos: Patricia Jurado y Mariano Palomo

miércoles, 12 de noviembre de 2008

EL MISMISIMO DIABLO

23 de Octubre de 2008. Sala McGinty´s Goat. Madrid

Ya hemos hablado anteriormente en nuestra web de El Mismísimo Diablo, y por fin tenemos la ocasión de verles en directo. Era la primera vez que acudía a este local, no muy grande pero cómodo y con muy buen sonido. El día era bastante malo, puesto que era jueves. Y la falta de tiempo para hacer publicidad perjudicó la asistencia de público. Pero los que fuimos lo pasamos bastante bien.
El concierto fue muy corto, poco más de una hora, en el que descargaron totalmente los seis temas de su maketa, que alternaron con otras siete composiciones aún inéditas. Empezaron con “Tikon” y “Escúpeme en la Cara”, de su demo, estrenando a continuación “Leña Al Mono”. Continuaron con “Siempre Conmigo”, también conocida por la concurrencia, siguiendo con más canciones nuevas, “Chalana” y Libérate”. Es de agradecer la gran profesionalidad de los cuatro músicos, que echaron las mismas ganas que si tocaran en un estadio ante 5.000 personas. Son la clase de grupo que mejora en directo, y su rock and roll variado es sinónimo de diversión. Me gustó especialmente la vacilona y cachonda “El Tío Paliza”, mi favorita de su repertorio. Pero continuaron intercalando temas de nueva hornada, “El Loco”, “Stormhunter” y “Copla Negra”.
Ya en la recta final ocurrió algo sorprendente y sintomático. Al ser gratuito, entró de repente un montón de gente que se ve que simplemente pasaban por allí y no encontraron mejor sitio donde meterse. Aparentemente debían ser compañeros de trabajo. Ante la atónita mirada de los amigos y conocidos que hasta ese momento éramos mayoría entre el público, los recién llegados empezaron a jalear, y como locos pidieron más al llegar el bis. Si El Mismísimo Diablo consiguen despertar esa reacción en alguien que no los ha visto en su vida, creo que ya está todo dicho. La fiesta acabó con “Miedo del Ayer”, “Me voy”, y la recién estrenada “Empieza a Trabajar”. Nos fuimos deseando repetir en otra ocasión y sin limitaciones de tiempo.
Texto y Fotos: Nacho Jordán

viernes, 1 de agosto de 2008

GRANITO ROCK 2008

25 y 26 de junio 2008. Parque de las Bombas. Collado Villalba (Madrid)

La gran propuesta metalera del verano en la sierra madrileña tiene un nombre GRANITO ROCK y tuvo lugar los pasados días 25 y 26 de julio con notable asistencia de público un año más. En esta ya su octava edición sigue consolidándose y no ha perdido nada de su humilde y popular esencia con la participación de un buen número de bandas jóvenes de todo el país a través de la que es su principal razón de ser, su certamen anual, junto a la posibilidad de poder actuar de éstas al lado de importantes nombres de la escena tanto nacional como internacional.
Los organizadores mejoran años tras año los detalles, más barras, mejor sonido, las camisetas cada vez más curradas e igual de baratas, y todo esto con entrada totalmente gratuita para todos los que nos acercamos y repetimos para disfrutar de un fin de semana en el que las calles de Collado Villalba se llenan de rockeros de todas las clases y edades para sorpresa de unos y alegría de otros. Desde aquí nuestra felicitación y abrazo más sincero para los organizadores del evento, en especial a Jesús y a Pepe.

En cuanto al cartel se presentaba bastante interesante, con bandas que abarcaban un amplio especto de estilos dentro del rock y el metal. Vamos a exponer brevemente lo que dieron de sí cada una de ellas en sus actuaciones.

Viernes 25 de Julio

A eso de las ocho y media de la tarde con sol en lo alto pero afortunadamente amortiguado por la presencia de algunas nubes serranas, empezaron la función INOQUO. Una formación gerundense que resultó una de las ganadoras dentro del apartado de Rock del certamen y que ejecutaron su música de tintes actuales, que por algunas estructuras y sobre todo por la falta de presencia de las guitarras recordaba algo al pop. En cualquier caso, como sucedió con el resto de bandas que actuaron en el festival, gozaron de un buenísimo sonido y además supieron aprovecharlo bastante bien, destacando el vocalista del grupo Iván, algo que también se repitió con el resto de bandas noveles. Lo más reconocible fue una especie de medley en el que incluyeron retazos de “Bohemian Rhapsody” de Queen y de “Enter Sandman” de Metallica y que, evidentemente, fue lo más aplaudido. Correctos, pero algo faltos de garra.


Tras un breve cambio y con los clásicos enlatados sonando atronadores desde la mesa de sonido, aparecieron otros de los galardonados, en este caso dentro del apartado de Nuevas Tendencias. Los madrileños RADIO KONTRA ejecutaron su nu-metal apoyado por la labor de un pincha discos incluyendo samples dentro de su potente pero para mi gusto algo chirriante música, orientada a público más joven. Tengo la impresión que los que más disfrutaron fueron los seguidores de bandas como Def Con Dos o Habeas Corpus, que por otra parte no creo fueran los más numerosos.

Llegaba el turno para los albaceteños, concretamente hellineros, MATAVYS. Una joven formación clasificados en los primeros lugares dentro del apartado de Heavy Metal y que expusieron su buen potencial musical, con limpieza y corrección, pero con algo de agarrotamiento y estatismo en su puesta en escena. Supongo que es algo lógico por otra parte observando desde el escenario al ya numeroso público que ya se agolpaba para verles.

Hay que destacar por encima del resto de la banda a Raúl, vocalista, guitarrista y alma de la misma, que se ganó a la gente con su poderosa voz y sus buenos solos que encajaban perfectamente dentro de las bases clásicas de puro heavy metal tradicional que por momentos nos recordaban a gente como Saratoga, Tierra Santa o los primeros Avalanch. Desgranaron un buen puñado de temas propios, coronados por una más que decente versión del clásico de Maiden “The Trooper”, para completar una buena actuación que sirvió para calentar las tablas a los siguientes en pisarlas.

Y los siguientes fueron los chicos de CRIPTA. Una banda que ha ido creciendo notablemente a lo largo de su trayectoria para convertirse en una referencia dentro del metal actual nacional. Algo que se notó en el buen número de seguidores que se acercaron hasta Villalba para verles y disfrutar de su contundente y convincente actuación a base de riffs afilados, sonidos poderosos y letras directas y elaboradas. Sí, me sorprendieron, algo parecido a lo que me sucedió con los navarros Koma en el mismo lugar hace un par de años, y con un estilo bastante similar al de estos, pero aun algún peldaño por debajo. Del repertorio no os puedo decir mucho porque apenas había escuchado algún tema suelto de su discografía y me quedé con la directa y clara “Cuidado” de su último disco, de la que también tocaron el tema título “Necesito Estar En Pie”, y con la intensa y emotiva que puso el cierre “Si No Es Por Ti”, en la que, como en todo el show, el vocalista del grupo Raúl Conejo desplegó su buena voz y carisma además de apoyar con su preciosa gibson al guitarra solista David Marcelo. Bien por ellos.

Tras la buena actuación de Cripta llegaba el turno para la estrella extranjera de este año del Granito, la alemana DORO.

Ir a ver a Doro es apuesta segura, sabes lo que vas a ver, está en ese grupo de nombres (U.D.O., Saxon, Pretty Maids) absolutamente fiables y que nunca fallan a la hora de ofrecer lo mejor de si mismos en directo y que además suelen hacerlo bastante bien. Y así fue, como siempre, con las mismas poses, los mismos gestos, cantando y sonando con su banda realmente bien y metiéndose al público en el bolsillo desde el primer acorde a base de simpatía y buen hacer. Los músicos que acompañan a Mrs. Pesch suenan cada vez más rotundos y compactos, y son el complemento perfecto para la voz de la rubia que volvió a hacerlo francamente bien.

El repertorio no pudo ser más clásico, casi podíamos decir que vimos dos conciertos en uno, la mitad de Warlock y la otra de Doro en solitario. Atronaron himnos como “Burning The Witches”, “Hellbound”, “True As Steel” (curiosamente los títulos de los tres primeros discos de Warlock), “Earthsahaker Rock”, “I Rule The Ruins” o “Für Immer” de nuevo maravillosa y llena de feeling cantada a grito pelado por los muchos que nos juntamos en el Parque de las Bombas. Entre medias temas más actuales que ya se han convertido en clásicos del set list de Doro, caso de la emotiva “You’re My Family”, “Burn It Up” o una buena y coreada versión del clásico de Judas Priest “Breaking The Law”. Cerraron con la inevitable “All We Are” que una vez más se alargó, quizá demasiado, y para los bises quedaron la mítica “Metal Racer” y “Always Live To Win” poniendo el broche final por todo lo alto. Se cumplió el pronóstico y una vez más asistimos a un gran concierto de la que sin duda sigue siendo la reina del metal.

Sábado 26 de julio

Encaramos la segunda jornada del Granito Rock con un cartel de lo más clásico y con ganas de ver que nos podían ofrecer las nuevas promesas de nuestro metal.

Comenzando por los valencianos PROMETHEUS que a base de buen heavy metal clásico tuvieron la complicada misión de empezar a mover al personal, con el inconveniente añadido de un pequeño fallo en su intro grabada que hizo retrasarse unos minutos su inicio. En cualquier caso lo sacaron adelante con bastante templanza para completar una competente actuación con un sonido de base clásica pero algo más actual que el de sus predecesores del día anterior Matavys, y donde al igual que en estos, destacó la figura del vocalista del grupo que sacó adelante su repertorio con temas bastante claros y curados con buenas tesituras y potencia vocal e instrumental. Para la inevitable versión escogieron “The Wicker Man” de Iron Maiden que respetaron en su esencia y que completó un buen concierto que sirvió como buen arranque del sábado.

Los siguientes en participar de la fiesta fueron los locales ABÿFS. Ganadores dentro de la sección de grupos de Collado Villalba y que destriparon su death metal desgarrado y que la verdad me cansaron bastante, aun sonando bien, pero no es este un estilo que me llegué demasiado por no decir nada. Al poco de comenzar su actuación reconozco que desconecté y no pude con sus voces guturales y sus solos frenéticos y me dediqué a otros menesteres. Espero que los más fanáticos de los sonidos extremos, alguno había, y sus paisanos disfrutaran de su actuación. Viva la diversidad.
Y prueba de esa diversidad que impera en el Granito, tras la descarga brutal de Abÿfs, el hard-heavy rock potente, melódico y bien ejecutado de los valencianos PIEL DE SERPIENTE.

Un combo que para la mayoría de los asistentes fue sin duda la gran sorpresa y revelación del festival, convenciendo desde el principio con una personalidad arrolladora y moviéndose en el escenario como por su casa, a base de poses, provocación y actitud rockera que convenció al personal. Siento no haberles escuchado antes, y eso que ya tienen dos discos en el mercado, de los que sacaron su repertorio que bordaron con esa difícil mezcla de la melodía hard rock y la fuerza del heavy rock más ochentero, recordándome mucho a los madrileños Beethoven R. que ya actuaron en ese mismo escenario hace un par de años.

Al tercer tema hicieron la previsible versión de “Piel De Serpiente”, el himno de Sangre Azul que les da nombre y que ejecutaron magníficamente con un puntito algo más heavy, junto a otros propios destacados como la emotiva “Lágrimas Sobre El Cristal” dedicada a las mujeres maltratadas, la potente y directa “Marionetas” también llena de mensaje, así como la nostálgica “Leyendas Del Rock” a modo de homenaje a los artistas que han marcado la carrera del grupo. Desde aquí felicidades por su actuación, a todos y cada uno de sus componentes, desde el carisma y la potencia vocal de Lufti, pasando por la compenetrada pareja de hachas que forman Fher y Javi, hasta la solidez del bajista Romariet (que guapo el bajo de felcha) y de la batería Emma.
Junto con la de Waldheim del año pasado, la mejor actuación que recuerdo de un grupo del certamen de grupos noveles del Granito en los últimos cuatro años. A seguir así.
Se produjo una curiosa circunstancia que nos transportaba más aun hasta los 80’s. Los que acaban de tocar no eran Sangre Azul, pero la referencia a estos era inevitable, y los que venían a continuación, MURO, compartieron más de una y más de dos giras con el quinteto de Pinto. Anécdota de Abuelo Cebolleta aparte, podíamos resumir la actuación de Silver, Lapi, Julito y Alex en una frase que el vocalista se encargó de remarcar unas cuantas veces a la vista de la tremenda respuesta del numeroso público que se acercó a la sierra para disfrutar de su actuación “¿dónde coño estabais hace diez años?” y en la respuesta por parte del respetable “Este Muro No Se Cae”. Resultan difícilmente explicables los vaivenes y avatares por los que han pasado Muro, desaparecidos en combate hace mucho tiempo por la falta de interés mostrada por TODOS (medios, fans, discográficas) y que ahora parecen reclamar una posición que nunca debieron perder dentro del heavy metal nacional. En fin, dejémonos de discursitos y proclamas, y vamos al lío que es lo que interesa. Al igual que sucedió el día anterior con Doro, cuando vas a ver a Muro no hay demasiado lugar a la sorpresa y la gente ve lo que quiere y espera ver, puro heavy metal acelerado, lleno de mala leche, bien ejecutado y sonando como un cañón. Silver se dejó todo, como siempre, Julito y Lapi formaron la contundente base rítmica que requieren los temas del grupo, y el joven Alex Scorza último en incorporarse hace ya varios meses al grupo, destripó riffs y solos con agresividad y limpieza desde su guitarra. El repertorio clásico, basado sobre todo en su ópera prima “Acero y Sangre”, del que incluyeron trallazos como “Juega Fuerte”, “Amos De La Oscuridad”, “Mata”, o la siempre dedicada “Traidor”, junto a otros himnos del grupo como “Telón De Acero” que sonó rotunda al igual que “Solo En La Oscuridad”, la tremenda “Maldición Kcor”, “Desengancha” o la etílico festiva “Bébetelo Todo”. El final previsible, con la súper coreada “Mirada Asesina” en la que nos dejamos todos la voz, y con la versión de “Fast As A Shark” de Accept que acabó de destrozarnos el cuello y nos dejó claro que, si ellos quieren, puede haber Muro para rato. Eso sí, siempre que Silver tenga fuerzas suficientes para compaginarlo con su principal y brillante proyecto Silver Fist. Ojalá sea así y podamos disfrutar por partida doble.

El cierre definitivo del Granito Rock correspondió a una de las bandas más grandes del Rock nacional, LOS SUAVES. Descubrir a estos chicos a estas alturas es prácticamente inútil, ya que todos sabemos lo que hacen y cómo suelen hacerlo, mucha energía, muy buenos temas que suelen ser casi siempre en su mayoría los mismos, y que es algo que no importa a su ingente legión de seguidores, de los más diversos pelajes y edades como quedó de manifiesto entre el público que se congregó para la cita. Siempre que uno va un concierto de los orensanos, sobre todo últimamente, tiene la duda de cuanto aguantará Yosi en el escenario, y la verdad es que es la vez que más entero y en mejor forma le vi, aun si estar completamente atento a su actuación desde su segunda mitad creo que aguantó el tirón hasta el cierre de la misma. Si a esto unimos que el resto de la formación sigue sonando tan limpia y convincente como en ellos es habitual, con un Alberto Cereijo de nuevo brillante, bien acompañado por Fernando en la segunda Guitarra, y con un Charlie que sigue dando solidez y empaque al grupo, pues la cosa casi no pudo salir mejor. Repertorio, el de siempre: “No Puedo Dejar El Rock”, “Preparados Para El Rock & Roll”, “Malas Noticias”, “Si Pudiera”, “Pardao”, “Peligrosa María”, “Dolores Se Llamaba Lola” o la más reciente “Mi Casa” que ya se ha convertido en todo un clásico del grupo en sus cinco años de vida. Gran concierto de Los Suaves que demostraron una vez más su grandeza. Que sea por mucho tiempo.
Fin de fiesta magnífico para otra magnífica edición del Granito Rock. Ya estamos deseando que llegue la edición del 2009.
¡Mucho Granito!
Mariano Palomo

miércoles, 30 de julio de 2008

MONSTERS OF ROCK / METALWAY

11 y 12 de Julio de 2008. Feria de Muestras. Zaragoza

A estas alturas de la película ya todo el mundo está al corriente de la catástrofe del año. ¿Por qué molestarse en hacer una crónica, en ese caso? Porque nos parece interesante narrar la experiencia vivida en primera persona, y sobre todo y fundamentalmente para que los despropósitos sufridos jamás vuelvan a repetirse.

Para la expedición que partimos de Madrid las cosas se empezaron a torcer desde un principio. Cuando vamos tantos a la vez, siempre hay alguno que sin querer provoca retraso. Por eso nos perdimos a Miss Diciembre, para cuando llegamos ya habían terminado. El rollo de las colas para entrar provocó que sólo pudiéramos oír a Rage desde el exterior, así que poco podemos contar. Fuera del recinto del concierto se encontraba la zona de acampada, junto a una carpa con mesas y una barra bien surtida aunque carecía de mi bebida veraniega favorita, el calimocho. Primera sorpresa: los que iban con invitación o acreditación de prensa no tenían derecho a acampada. Había que pagar para entrar en el camping. Si habías pillado hotel o ibas a casa de algún amigo o familiar (fue mi caso) y querías entrar, no para hacer uso del camping, sino únicamente para ayudar a algún colega a plantar su tienda, tenías que pagar por ello. Empezamos bien. El espantoso calor nos invitó a pillar unos minis de de cubata… sólo para descubrir que no nos dejaban entrar con ellos en el concierto. No podías acceder con la bebida que te vendían los mismos del festival. Si empezamos bien, seguimos peor. Por este motivo tampoco pudimos ver a Candlemass y pillamos a Pretty Maids a la mitad, “gracias” a la organización tuvimos que bebernos fuera lo que habíamos pagado. Muy bien, hombre, así da gusto. Una vez dentro pudimos ver que los daneses estaban dándolo todo sobre el escenario, aunque el público en general no estaba muy participativo a causa de la alta temperatura. Precisamente comentábamos entre nosotros que la previsión del tiempo reflejaba tormentas, nos resultaba muy difícil de creer con lo que estaba cayendo. Algunos hasta nos quemamos. Muchos iban en traje de baño, tanto tíos como tías, y un esperpéntico sujeto incluso deambulaba sólo en calzoncillos. Una buena idea era el “túnel de lavado” donde nos mojábamos frecuentemente. Además, uno de los bares estaba en una carpa en cuyo techo caía agua y unos ventiladores la pulverizaban, logrando así un excelente efecto refrescante. Bueno, las cosas no estaban tan mal después de todo.
Un somero recorrido nos bastó para ubicarnos. La Feria de Muestras de Zaragoza es exactamente lo mismo que el IFEMA de Madrid. El escenario y la zona para el público estaban en el parking, y los camerinos, el mercadillo y los restaurantes se encontraban en el interior de los pabellones. Por cierto, el mercadillo era tremendo. Vinilos, camisetas, ropa gótica, CD´s de segunda mano, cinturones, chupas de cuero, muñequeras, parches, chapas… había de todo. Al menos esto lo habían hecho bien. Y dentro del pabellón se estaba más fresquito que fuera.
No nos parece muy adecuado que los actuales Thin Lizzy utilicen este nombre. No es sólo que Phil Lynott lleva más de 20 años bajo tierra, es que no hay NI UNO de la formación original. Esto no es Thin Lizzy, es un grupo de versiones de Thin Lizzy, y punto. Pero hay que reconocer que estos cabrones lo hacen tan jodidamente bien que no hay quien se resista. Los cuatro son músicos de categoría superlativa, y, las cosas como son, estos clasicazos deben ser disfrutados en directo, se llame como se llame el grupo que los toque. Fueron sin duda los que más arrastraron a la gente de los que pudieron llegar a tocar.
No pasó lo mismo con Ted Nugent. Tan gran músico como monumental soplapollas como persona, este subnormal activista a ultranza de la Asociación del Rifle echó muchas ganas sobre el escenario, con gran profesionalidad y energía. Pero no consiguió repetir el fervor entre el público que lograron sus predecesores. Quizá porque muchos no podían olvidar sus conocidas actividades extramusicales, o simplemente porque se empeñaba en alargar innecesariamente las canciones, resultando al final cansino. En estos momentos fue cuando empezó a soplar el viento, algo mosqueante pero todavía no alarmante.
Faltaba ya muy poco para Deep Purple. Me encontraba en el mercadillo cuando empecé a oír la lluvia y el granizo que sonaban sobre el techo del pabellón como si de pedradas se tratara. La gente emprendió una huida masiva hacia el refugio, que se llenó en abrir y cerrar de ojos. Todos aprovechamos para cenar, porque no nos imaginábamos lo que nos esperaba. Los que conocemos el clima de las tierras mañas sabemos que cuando cae, lo hace a base de bien, pero la furia del cielo no suele durar mucho. Efectivamente, la cosa no pasó del cuarto de hora. Al salir fuera pudimos comprender la magnitud del destrozo. Las vallas caídas y arrastradas, las luces superiores del escenario derrumbadas sobre el mismo. Sólo hubo que lamentar un herido, hubo mucha suerte, porque si estas luces llegan a caer encima de alguien, sin duda lo hubiera matado. Todo el equipo eléctrico a la mierda. Ni siquiera se pudo anunciar por megafonía la suspensión, ni eso ya funcionaba. Sí se hizo en el interior del pabellón, pero mil o dos mil que estaban frente al escenario esperando inútilmente la reanudación, como es natural no lo oyeron, y tardaron lo suyo enterarse. Cuando me marché el caos se había desatado por completo. Nadie parecía saber qué hacer, nadie era capaz de informarte de nada. Creí ingenuamente que los del camping podrían pernoctar sin problemas dentro de los pabellones. Me marché a Zaragoza cabreado, pero creyendo como todos que al día siguiente todo sería otra cosa. Incluso nos atrevimos a soñar que alguno de los tres grupos que no habían tocado podrían hacerlo al día siguiente. Al fin y al cabo, aunque cada día tenía un nombre distinto, a todos los efectos se trataba del mismo festival.

Al día siguiente a través de internet nos enteramos definitivamente de que la cosa ya no tenía arreglo. Es obvio que Iron Maiden iban a arrastrar el sábado a miles de personas más que el viernes. Algunos se enteraron antes de salir y se ahorraron el viaje, pero la gran mayoría se fue enterando por el camino a través de los móviles. Lo peor fue para los que iban en tren o en autocar, sabían que iban para nada pero no había vuelta atrás hasta llegar a Zaragoza. Un tercer grupo y no menos numeroso fueron los que iban llegando en coche sin saber nada, y al llegar a la rotonda sobre la A2 que daba acceso a la entrada al recinto ferial, se encontraban atónitos con que la Guardia Civil no les dejaba pasar. El atasco fue monumental, y duró horas. Y no podemos olvidar a los que por el motivo que fuera habían ido a Zaragoza, y volvían desilusionados a llevarse sus tiendas. Tuvieron el mismo problema, los picoletos TAMPOCO les dejaban pasar. Algunos esperaron durante horas a que el atasco desapareciera y otros dejaron el coche en el quinto coño para ir a buscar sus tiendas a pie. Si lo de la noche antes había sido caos, no había palabra que definiera lo que pasaba el sábado. A la hora en la que llegué a Madrid, sabía perfectamente que todavía había gente que en ese momento estaba llegando a Zaragoza.

Aunque la organización ha anunciado la devolución de las entradas, las molestias sufridas no se pueden compensar sólo con eso. Los gastos de transporte, alojamiento, los trastornos para los que organizaron sus vacaciones o pidieron días libres en el trabajo sólo para venir aquí. Como mínimo conozco ya tres casos que presentaron denuncia por daños y perjuicios. Y la pregunta es, ¿realmente se puede echar sólo la culpa a la lluvia y a la mala suerte? Quizá para un chaval joven puede valer eso de: “¿Qué se le va a hacer? ¡Así es la vida!”. Pero para los que tenemos entre 30 y 40 años y llevamos más conciertos de los que podemos recordar, la cosa no cuela. Sólo hay que contestar a una pregunta: ¿Por qué otros festivales se han podido celebrar a pesar de una lluvia similar y Monsters Of Rock y Metalway no? ¿Ejemplos? No hace falta ir muy lejos. En la propia Zaragoza, aún no hace tres años, en el festival Interpeñas 2005 cayó una tromba de agua que poco se diferenció de la de hace unos días. La gente ni se enteró, gracias a la kilométrica carpa, y ni las estructuras ni los equipos sufrieron daño alguno. En la crónica que escribí, que aún puede encontrarse hurgando en nuestro blog, ni me molesté en mencionar una anécdota tan intrascendente. ¿Seguimos? Esta vez me remito a lo que todos pueden comprobar por sí mismos, ahí queda para la historia el DVD “Desde Barón a Bilbao”. La lluvia cayó durante horas, y si en algún momento se planteó la suspensión fue por temor a que la gente se marchara, en ningún caso por falta de seguridad. ¿Más? ¿Qué podemos decir de las sucesivas ediciones de Viñarrock? Se pueden contar con los dedos de una mano los años en los que no ha llovido. ¿Hace falta continuar? Y que no vengan diciendo que nadie se lo esperaba. El hombre del tiempo está para escucharlo cuando se va a montar un evento así. ¿Los asistentes lo hicimos y los organizadores no? No me importa si con esto consigo que nunca más me den acreditación, las cosas son como y mi obligación es reflejar la realidad. Y la realidad es que hubo falta de previsión, no se puede decir que fue sólo mala suerte.

Aún queda un último aspecto que tratar, y esta vez es lo que he leído en otra web, concretamente en la del compañero Rafa Basa. En contra de lo que yo pensaba, no se permitió a los del camping dormir en el interior de los pabellones la noche del viernes. Si la organización se portó de esa manera, no estamos hablando ya de imprevisión o de incompetencia, estamos hablando de verdadera mala fe. Obligar a la gente a dormir en tiendas empapadas no es de inútiles ni de torpes, es de auténticos canallas y miserables.
Nacho Jordán

domingo, 22 de junio de 2008

SWEDEN ROCK FESTIVAL 2008

4 al 7 de junio de 2008. Solvesborg (Suecia)

Ya me lo advirtieron el año pasado cuando me estrené en esta maravillosa locura llamada SWEDEN ROCK FESTIVAL, “cuidado que engancha”. Y la verdad es que en este 2008 no he podido resistirme y he repetido experiencia en el que a mi entender y por referencias se convierte en el mejor y más completo festival rockero del estío europeo.
En cuanto a organización, asistencia, servicios, etc, siguen igual de bien e incluso puliendo pequeños detalles que podían quedar de ediciones anteriores, en este aspecto siempre mejorando.
En lo puramente musical el cartel se presentaba tremendo en cuanto a nombres, abarcando un amplísimo espectro de estilos dentro del rock, desde el death metal al A.O.R., pasando por el rock setentero, el power, el heavy clásico, el sinfónico, el blues y sobre todo el hard rock. Pero en esta ocasión las expectativas no se cubrieron en la medida que hubiera sido deseable, aun habiendo podido asistir a momentos realmente grandes en los cuatro días de actuaciones que consumimos. Quizá el listón se situó demasiado alto el pasado año, y en esta edición algunos de los grandes nombres, cabezas de cartel para más INRI, estuvieron bastante más flojos de lo deseado. Pero esto lo desgranaremos brevemente más adelante y respetando la cronología del evento.

En otro orden de cosas, agradecer y saludar desde aquí a todos los que coincidimos en el viaje, cada vez somos más españoles (aunque a alguno parezca que le dé vergüenza) fuimos los terceros en número de asistentes tras los anfitriones suecos y los casi vecinos germanos. Muchos coincidimos en la playa cercana al recinto, demasiado sucia por cierto, en la que hemos consumido buenos ratos reponiendo fuerzas para la batalla musical que nos esperaba.
Para terminar esta pequeña introducción, reiteraré la humilde recomendación que desde aquí hacía a los promotores y responsables de festivales en España, por favor, dense una vuelta por el Sweden y tomen nota de cómo se organiza un Festival rozando la perfección. Todo lo que sea mejorar será bueno para todos.

MIÉRCOLES 4 DE JUNIO
No demasiado podemos comentar respecto al primer día de festival, ya que el vuelo que nos llevó hasta Copenhague aterrizó en tierras danesas cuando ya habían comenzado las actuaciones, y esto sumado a las casi dos horas de trayecto por carretera que tuvimos que realizar, hizo que llegáramos cuando ya habían descargado gente como los folkie-metaleros fineses KORPIKLAANI, que según nos dijeron fueron una fiesta total una vez más, los locales ASTRAL DOORS a los que me hubiera gustado mucho ver y de cuya actuación no tenemos referencias, o los rockanroleros australianos AIRBOURNE que según parece se salieron con su rollo directo recordando a sus paisanos AC/DC.
La primera actuación que tuvimos ocasión de presenciar fue la de los power épico metaleros SABATON, de los que no tenía apenas conocimiento y que con un buen puñado de temas directos e himnos levantaron al personal que les seguía en buen número en el escenario Sweden, y se notó que jugaban en casa. No estuvieron mal para empezar la fiesta.
Tras Sabaton, paseíto para echar un vistazo al puesto oficial de camisetas de los grupos participantes, mucho más completo y variado que el pasado año y donde alguna cayó, y un poco de atención para los sureños FIVE FIFTEEN que sonaban bastante bien combinando voz masculina y femenina. Después arrastrado por la curiosidad y por los gustos de algunos de nuestros compañeros de viaje nos acercamos a ver a los black metaleros SATYRICON. No fueron excesivamente cargantes, pero vamos, tampoco les hice excesivo caso a pesar de alguna foto para la que posé como si estuviera entregado al mundo de la oscuridad, je, je...
Despedida y cierre de la primera media jornada con un paseo por la carpa Gibson en la que destripaban su rock’n’roll desgarrado y directo SWEET SAVAGE en forma de versión de AC/DC. Viendo la devoción, lógica por otra parte, que existe en el festival por la banda de los hermanos Young no quiero ni pensar en la locura que supondría verles tocar allí.

JUEVES 5 DE JUNIO

Ya casi se me había olvidado lo temprano que amanece en esta época del año por tierras escandinavas y que aunque tengan mucho Ikea y mucha historia son incapaces de poner persianas en las ventanas, por lo que cuando me quise dar cuenta tenía un sol de justicia achicharrándome la cara y haciendo que me levantase antes de lo previsto.

Llegamos a medio día al recinto festivalero para asistir a una de esas pequeñas golosinas que prácticamente sólo se pueden ver en este evento. Hablamos de los holandeses PICTURE, un grupo ochentero que nunca pasó del underground metalero, pero que carisma y sabor añejo tenían en sus trabajos de los que dieron buena cuenta en su hora y media de actuación, llena de actitud y ganas, y por qué no, también con un muy buen sonido. Centraron su actuación en sus discos más puramente heavies y reconocibles, “Eternal Dark” y “Diamond Dreamer”, dejando de lado el más melódico “Marathon”, y enganchando a los que nos acercamos a verles con su buen hacer sobre las tablas. Como curiosidad indicar la presencia de la familia de los músicos con niños de corta edad incluidos (una vez más los niños menores de 12 años entraban gratis acompañados por un adulto, igualito que aquí), bandera holandesa en ristre con el logo del grupo. Empezaba bien primer día completo del festi.

A continuación tenía anunciada su aparición en el escenario principal el macarra frontman americano SEBASTIAN BACH, pero según parece por problemas con su vuelo no llegó a tiempo y no pudo actuar, siendo sustituido por BONIFADE que ya habían tocado el día anterior en el escenario Zeppelin y que convencieron con su hard rock directo y guitarrero, no desaprovecharon la ocasión.
Vuelta al heavy metal más clásico con los germanos PRIMAL FEAR, una banda que por mucho que digan que se repiten (algo que no comparto en absoluto), que son unos imitadores de Judas o que están muy vistos (en eso estoy más de acuerdo), a mi parece que son un ejemplo de profesionalidad y efectividad encima de un escenario. Sonaron realmente bien, con un Ralph Sheppers que se salió literalmente, con una formación en la que el protagonismo de Matt Sinner sigue siendo patente, junto a la incorporación del nuevo y brillante guitarrista Magnus Karlson (Allen Lande, Starbreaker, Last Tribe) que se ha acoplado perfectamente al engranaje de la máquina alemana.

Además venían con reciente y brillante trabajo que ofrecer “New Religion”, del que nos mostraron algunos de sus buenos temas como “Sign Of Fear”, “Fighting The Darkness” o la brillante “Face The Emptiness” que sonó tremenda, junto los clásicos de siempre que esperan escuchar los fieles del grupo. Así sonaron y se corearon “Silver & Gold”, “Nuclear Fire”, “Angel In Black”, “Chainbreaker” o el himno “Metal Is Forever”. Muy buen concierto de Primal Fear que se suman a lista de esas bandas que siempre cumplen.
Un par de horitas de relax para dar una vuelta por la playa, refrescarnos, avituallarnos y observar en buena medida la avasalladora descarga de los thrashers de la bahía de San Francisco TESTAMENT. Otros que venían con un gran disco debajo del brazo como es su última entrega “The Formation Of Damnation” y al igual que los Fear nos ofrecieron alguno de sus trallazos como las rotundas “More Than Meets The Eye” o “The Evil Has Landed” en las que la banda se entregó a tope con un Skolnick brillante y un Chuck Billy tan orondo como poderoso. Por supuesto el resto del repertorio estuvo lleno de clásicos sonando “New Order”, “Alone In The Dark” o la archi conocida “Souls Of Black” entre otras. La apisonadora californiana pasó por el escenario Rock.


A continuación algo más tranquilo para recuperar la verticalidad del cuello y presenciar la vuelta de los melódicos británicos DARE con el guitarrista Vinny Burns acompañando al vocalista Darren Warthon. En esta ocasión nos quitamos una espina que teníamos pendiente con esta banda, ya que las veces que les habíamos visto tanto en Madrid como en Inglaterra habían hecho unos conciertos demasiado acústicos y tranquilos y no acabaron de llenarnos. Algo que sí consiguieron en esta ocasión con un muy buen concierto de hard rock melódico en el que Vinny se dejó notar, junto a la acústica del jovenzuelo Richard Dews, para darle mucho más cuerpo y consistencia a los temas. Dieron un buen repaso a su discografía, incluso incluyendo en su set la electro-acústica medio western “Chains” del segundo disco del grupo “Blood From The Stone”, incomprensiblemente olvidado hace tiempo en sus conciertos que sonó muy bien aunque me hubiera gustado que también hubieran metido “We Don’t Need A Reason”. Evidentemente los mejores momentos se vivieron con los temas de su obra cumbre “Out Of The Silence”, sonando tremendos con “Into The Fire” y “Abandon” donde lució el teclista junto a los magníficos coros de Dews y Burns. La parte más emotiva vino como siempre con el recuerdo al llorado Phil Lynott en la interpretación de “Emerald” y la preciosa “King Of Spades”, para cerrar por todo lo alto con el ex guitarrista de Thin Lizzy Brian Robertson en el escenario para interpretar los clásicos “Jailbreak” y “Rosalie” de la leyenda irlandesa. Cierre perfecto para una gran actuación.

Tras el buen sabor de boca que nos dejaron Dare, seguíamos en onda aun más melódica con la reformación de los míticos E.L.O. (Electric Light Orchestra), sin la presencia del carismático cantante Jeff Lynne, pero sonando realmente finos y elegantes, quizá demasiado para el entorno que les rodeaba que estaba afilando las garras para la descarga final de la noche. Pero afortunadamente en el Sweden caben todo tipo de gustos y sabores, y pudimos disfrutar de un buen rato de rock sinfónico popero, por llamarlo de alguna manera, que nos trajo a la memoria las primeras escuchas radiofónicas aunque fueran blanditas hace ya bastantes años. Sonaron muy bien, y el rato que les preste atención me pareció que la gente disfrutó bastante con ellos.
Y era hora de ponerse las pilas y prestar atención al nuevo show de los dioses JUDAS PRIEST. Había ganas, inquietud, hambre de ver que tenían que ofrecernos Halford y Cia. aquella noche, con el aliciente añadido de descubrir, aunque fuera mínimamente, el nuevo montaje de la banda basado en su obra conceptual “Nostradamus”. Pero… la desilusión fue bastante grande, no porque nos encontráramos con un concierto de clásicos de Judas que nunca sobra, además con el atractivo añadido de recuperar temas que hacía mucho tiempo que no ejecutaban en directo como “Eat Me Alive”, “Between The Hammer And The Anvil”, “Rock Hard, Ride Free” o “Sinner”. La causa del desencanto generalizado fue el bajo estado de forma de Rob Halford, incapaz siquiera de disfrazar sus ya evidentes carencias vocales y con un aspecto físico bastante desmejorado respecto a la gira de su anterior entrega en estudio “Angel Of Retribution”, álbum del que por cierto sólo interpretaron la preciosa balada “Angel”. El resto de la banda cumplió como siempre, sólidos en las bases Travis y Hill y brillantes en las guitarras Tipton y Downing, con la puesta en escena habitual y con escasas referencias a “Nostradamus” en forma de telón inicial con la portada del disco de ojos incandescentes para interpretar la más que correcta “Prophecy” que me convenció bastante, al contrario que la más espesa y oscura “Death” que insertaron en mitad del set con Halford apoyado en un bastón que no sabemos muy bien sólo si sólo era parte de la escenificación pero que pareció toda una premoción. Antes cayeron los clásicos inevitables como “Metal Gods”, “Breaking The Law”, “Electric Eye” que se me hizo rara al no escucharla al principio del concierto, y el himno “Painkiller” que sacó a relucir todas las carencias de la voz de Halford para tristeza y enfado de sus fieles. Subieron el nivel en los bises a base de Harley en “Hell Bent For Leahter”, con la fantástica “The Green Manalishi” que defendieron bastante bien y con la festiva y machacona “You’ve Got Another Thing Coming” para echar el cierre de manera algo más digna, pero sin poder maquillar la actuación más floja con diferencia que recuerdo del grupo, sobre todo de Halford, y van unas cuantas. Pero lo peor es que me da la impresión que esto no ha sido sólo una mala noche y que por desgracia nada es eterno y los años pasan factura inexorablemente. Ojala me equivoque y en sus próximos conciertos, en el Kobeta sin ir más lejos, me tapen la boca y vuelvan al nivel de lo que requiere y exige el nombre y la trayectoria del mejor grupo de heavy metal de la historia. No creo que ha nadie le joda más que a mi esta crónica.

VIERNES 6 DE JUNIO

Tras la pequeña decepción del día anterior, encaramos la tercera jornada en Solvesborg con un panorama realmente interesante. Empezó la cosa tempranito, a medio día, con la presentación en sociedad de la nueva formación de la banda del teclista Andre Andersen ROYAL HUNT. Especial curiosidad tenía por ver como se acoplaba la voz de Mark Boals a las exigentes composiciones del músico danés, y la verdad es que me convenció bastante, llegando muy bien a los registros más altos y adaptándose muy bien a los temas clásicos de la banda con los que tan alto había puesto el listón en directo su anterior vocalista John West.

Boals mostró una imagen bastante sobria y heavy, pantalón y chaleco de cuero y pañuelo oscuro cubriendo su cabeza, lejos de los pelucones de antaño, y en concordancia con el resto de la banda que lo hizo muy bien instrumentalmente con Andersen como protagonista principal, pero dejando cancha a los guitarristas para que tuvieran su cuota de participación, además de la siempre efectiva y entregada labor del bajista de House Of Shakira Per Schlander. No me puedo olvidar de la importante labor desarrollada por las dos coristas que apoyaron y dieron cuerpo a la pomposidad creativa que mostró el combo. Como vino siendo habitual con todos los grupos que actuaron con nuevo disco reciente dejaron alguna muestra del mismo, en este caso tres o cuatro cortes de su “Collision Course – Paradox Part II” que encajaron perfectamente en el set de clásicos del grupo con momentos álgidos como “Message To God”, “The Mission”, “Never Give Up” en la que brilló especialmente Boals, o la barroca “Last Goodbye” que puso el cierre a una buena actuación.
El aperitivo estuvo bien, pero a continuación venía uno de los paltos fuertes. Incomprensiblemente para mí los californianos TESLA fueron colocados a las 13:30 con un sol que partía las piedras para ofrecernos una de las mejores actuaciones del festival. Ya nos dejaron exhaustos hace unos meses con su tremendo concierto en Madrid, y en esta ocasión volvieron a estar a un grandísimo nivel musical y de entrega, en un escenario mayor pero con un repertorio más corto por razones de horario. Y es que cuando un show comienza con “Cumin’ Atcha Live” y termina con “Edison’s Medicine”, muy mal se tiene que dar para que no resulte un conciertazo. Más aun cantadas por un tío tan carismático y magnético como Jeff Keith que ha mejorado una barbaridad su aspecto físico, e interpretadas por unos pedazo de músicos como los que componen el grupo, con mención especial para un guitarrista inmenso como Frank Hannon que volvió a salirse con sus Gibson tanto eléctricas como acústicas, de flecha, de dos mástiles, sencillamente magistral. Estuvo muy bien secundado por Dave Rude en la segunda guitarra, sobre todo en los himnos “Modern Day Cowboy” y “Little Suzi”, brillando junto al bajista Brian Wheat que no paró metiendo buenos coros y dotando de compacidad al sonido del grupo junto al siempre cumplidor Troy Luccketta desde los tambores.

Además de los temas ya referidos, cayeron trallazos del calibre de “Hang Tough”, la más actual “Into The Now” o “What You Give”, además de la ya consolidada versión de “Rock Bottom” de UFO en el set del grupo siendo una vez más otra de las destacadas con sus magistrales guitarras dobladas. La parte más acústica que tantas alegrías ha dado a los de Sacramento también estuvo presente con otra versión que ya han hecho suya “Signs” de los Beatles de aquel maravilloso “Five Man Acoustical Jam” que a día de hoy además de pionero sigue siendo el mejor disco acústico que he escuchado en mi vida, y con la preciosa e intensísima balada “Love Song”. Resumiendo, he tenido que esperar muchos años para volver a ver a Tesla en directo y ahora que he tenido la suerte de verles dos veces en poco tiempo, por mí que sigan viniendo a Europa habitualmente, no pienso perdérmelos.
Había empezado ciertamente bien el día, y ahora llegaba uno de esos momentos de diatriba en el que coincidían dos actuaciones apetecibles y había que decidir. No nos complicamos la vida y comenzamos a ver la que nos pillaba más cerca, en este caso la del gran JOE SATRIANI, salió a escena lleno de energía a comérselo acompañado de unos músicos de lujo que adornaban sus maravillosos desvaríos guitarreros, con una figura destacada como la del mítico bajista Stuart Hamm. En apenas cinco temas comprobamos que el nivelazo instrumental que mostraban Satriani y compañía era más adecuado para otro entorno más íntimo y menos disperso, y aun así pudimos disfrutar de composiciones tan inmensas como “Always With Me, Always With You” o “Satch Boggie”.
Ración de virtuosismo consumida y paseo hasta el escenario Sweden para ver la mitad de la actuación de los únicos que repetían respecto al cartel del año anterior, los británicos FASTWAY. Acompañaban al ex guitarrista de Motörhead Fast Eddie Clark los mismos que el año pasado, con un Toby Jepson (Little Angels) que volvió a mostrar una gran forma vocal, y con un John McNanus (Mama’s Boys) más en segundo plano con su bajo. En esta ocasión me sorprendieron y convencieron menos, elegantes y correctos, con ciertos dejes bluesies, pero menos intensos y directos que en la edición del 2007. Me dejaron a medias.
Hora de comer y prolongada visita a la playa para coger fuerzas para la tarde noche que se presenta muy intensa. Entre medias y mientras estábamos a las orillas del Báltico descargó el ex guitarrista de Kiss ACE FREHLEY que no me llamaba demasiado la atención y que según me comentaron cumplió sin más con especial énfasis en los temas de la banda que le dio a conocer, y se produjo la conmemoración del día nacional de Suecia con la breve aparición en el escenario principal de TEAM CANS, que no era otra cosa que el cantante de Hammerfall con un coro para interpretar el himno nacional sueco. Cuando volvimos al recinto de conciertos estaban terminando su show los hard rockeros THE POODLES, pudimos verles cerrar con el single “Seven Seas” una actuación que sirvió para presentar al nuevo guitarrista sustituto de Pontus Norgen y que según nos cuentan fue bastante más floja que la de Madrid hace unos meses.
No tenía especial interés en ninguno de los grupos que actuaban las dos siguientes horas, pero paseando por los escenarios me encontré con los glameros HANOI ROCKS y empezaron a convencerme con su rollo macarra y trasgresor con un Michael Monroe al que vi bastante más activo y acertado que en su aparición en el Lorca Rock hace un par de años y donde no vi al guitarrista Andy McCoy. Me engancharon algo más de media hora hasta el final de su concierto y creo que por fin vi en su mejor versión a esta banda, con buen sonido y mejor actitud.

Siguiendo con el paseo por los escenarios y para sacarnos un poco la laca de encima nos encontramos de morros con la brutalidad de los forenses detah metaleros CARCASS. Al igual que me sucedió con Satyricon el primer día no me parecieron tan desagradables, pero vamos, cuartito de hora y después de que el cantante soltara un par de chorradas despectivas refiriéndose a los grupos hard rockeros a coger sitio en el escenario grande para los siguientes.
Y lo siguiente era nada menos que WHITESNAKE, que siempre será el grupo de Coverdale, pero más vale que esté en mejor forma que en el Sweden porque sí no la leyenda de la serpiente blanca se va a arrastrar más de la cuenta. Si la voz de Halford estuvo floja el día anterior, la de Mr. David casi ni compareció en escena, no llegaba prácticamente a nada, ni en el “Is This Love”, realmente triste ver como dejaba que los muy buenos coros del guitarrista Reb Beach y el bajista Uriah Duffy le sacaran las castañas del fuego. Una cosa es estar mal por lo que sea, y otra cosa es dejarse llevar por la entrega del público y la solidez de tus músicos de forma tan descarada. Dicho esto el resto queda en muy segundo plano, y eso que fue bastante bueno. Tanto la escenografía preciosa con unos resultones paneles ilustrados con el logo del grupo a lo largo del escenario, como las buenas luces de que gozaron a pesar de tener aun claridad solar, y sobre todo la gran labor del guitarrista Doug Aldrich que se superó a si mismo para contrarrestar la pobre y displicente impresión dejada por su jefe. En cuanto al repertorio, que dicho lo dicho es casi lo de menos, eché en falta mi favorita de la banda “Guilty Of Love”, que venían incluyendo últimamente en alguno de sus shows, cuestión de tiempo supongo, y presentaron en directo cuatro de sus nuevos temas, empezando por la inicial “Best Days Of My Life” acompañada por la cañera “Can You Hear The Wind Blow” donde se salieron Beach y Aldrich, por la más bluesie “Lay Down Your Love” y por la preciosa balada “You’re All I Want” que fue en la que mejor se defendió Coverdale y de las que más me gustó, junto a la enorme “Here I Go Again”. El resto, sota, caballo y rey, “Still Of The Night” para cerrar y antes “Cryin’ In The Rain”, bastante desastrosa, “Gimme All Your Love” cantada casi en su integridad por el público, y “Fool For Your Lovin’” y “Love Ain’t No Stranger” cumpliendo sin más. Una auténtica lástima, y al contrario que con Halford creo que esto sí que habrá sido sólo una mala tarde y que una de las mejores voces del rock de la historia tendrá capacidad de reacción y volverá por sus fueros. Más le vale.
Afortunadamente tras el desencanto vino la satisfacción de la mano de unos que nunca fallan, los británicos SAXON. Otros que he visto un buen puñado de veces y que nunca me han defraudado, siempre se dejan todo y casi lo que menos importa el si suenan más o menos bien (normalmente bien), si el sitio es más o menos grande, o cuanta gente esté viéndolos, da igual, son apuesta segura y ganadora siempre. Para la ocasión contábamos con el aliciente añadido de ver su mítico águila de luces que movieron por todo el mundo en sus giras ochentenas y que hace bastantes meses han recuperado para algunos de sus shows. Fue más bonito y emotivo que efectivo o espectacular, sólo bajaron tres o cuatro veces, pero al final tampoco importó tanto y nos quedamos con la energía, la clase y la entrega habituales, con un set muy próximo al que interpretaron en Madrid en la presentación de su último disco “The Inner Sanctus” con algunos temas del mismo destacando “I’ve Got To Rock (To Stay Alive)” como total declaración de intenciones que nos puso a todos a botar con la sentida referencia de Byfford para Kai Hansen, Andy Deris y Lemmy que la grabaron junto a él para el single. Evidentemente los mejores momentos y la locura se desataron con “Princess Of The Night”, “Wheels Of Steel”, “Strong Arm Of The Law” y sobre todo con “Motorcycle Man” y “747 Strangers In The Night” que sonaron tremendas con las guitarras de Paul Quinn y Dough Scarrat afiladas como cuchillos. Más de lo mismo, les hemos visto cien veces, pero como decía a cerca de Tesla, no me importa lo más mínimo mientras sigan con este nivelazo y estas ganas, y este año quedan por lo menos un par de citas más, y al final casi siempre levantan los festivales. Grandes Saxon.
Recuperamos la sonrisa y enfilábamos la recta final del viernes con otros grandes. Aunque tuvieron un periodo de zozobra musical a mi entender con sus experimentos en forma de discos anteriores, ahora vuelven a recuperar bastante terreno perdido y su última entrega “Songs From The Sparkle Lounge” es más que digna y nos devuelve a los DEF LEPPARD más rockeros y guitarreros, aun sin llegar a sus mejores cotas que hicieron de ellos uno de mis grupos favoritos. Esto, unido a que hacía más de quince años que nos les veía en directo supuso que mis ganas por que llegara la hora de su actuación fueran enormes. Llegó la hora, precioso escenario, pantallas de video, luces tremendas, sonido casi perfecto con los primeros acordes de “Rocket”, y la voz de Joe Elliot que casi no se percibe, ¡¡¡Noooooooooooo!!! ¿otro caso Coverdale, Halford?. Por fortuna no se repitió la historia, le costó calentar, pero la voz del frontman del grupo fue creciendo en el transcurso de la actuación y sin ser ni mucho menos perfecta al menos estuvo a la altura, siempre muy bien ayudada por los que, probablemente sean los mejores coros del hard rock mundial, a cargo de los guitarristas Phil Collen y Vivian Campbell y del desmejorado bajista Rick Savage. Todos ellos sonaron tremendos, junto al batería Rick Allen, con una estética muy ochentena y dando cuerpo y forma a una gran actuación. No se anduvieron con sorpresas raras y tiraron de manual, seis temas del “Hysteria”, tres del “Pyromania” (de este eché de menos alguno), los dos singles del “Adrenalize”, un recuerdo original y nostálgico para el “Mirror Mirror (Look Into My Eyes)” del “High n’Dry”, una cagadita en forma de versión como fue la cargante y sosa “Rock On” de David Essex, y los tres mejores y más directos temas de último disco. Todo esto en casi hora y media que se nos hizo a todos bastante corta, pero realmente intensa, con elegancia y clase a raudales en “Animal”, “Love Bites” o “Hysteria”, y con actitud rockera total cuando sonaron las nuevas “C’mon, C’mon”, “Nine Lives” o la acelerada “Bad Actress” que encajaron perfectamente entre el personal. Un personal que como era previsible participó totalmente en las súper directas y festivas “Make Love Like A Man”, “Armaggedon It” que sonó de escándalo, “Photograph” algo más floja y eso que es mi favorita, la más comercial y algo empalagosa “Pour Some Sugar On Me”, y las finales “Rock Of Ages” siempre buenísima y la divertida “Let’s Get Rocked” que nos mandó a todos a dormir con ganas de más. A ver si se dejan caer por la piel de toro en un recinto decente, nos presentan con más rodaje su último disco y vuelven a deleitarnos con sus clásicos con más tiempo. Nos dejaron con hambre.

SABADO 8 DE JUNIO
Y llegó la última jornada del festival, con el cuerpo notando el paso de los días y las actuaciones, pero con un panorama también muy interesante con algunos de los nombres que más me atraían a priori. Era el caso de los primeros que nos echamos a la cara y al oído, los yankees LIZZY BORDEN, con una estética completamente renovada más cercana al black o al death metal, manteniendo su toque teatral, y sobre todo su estilo heavy hard rockero lleno de garra y melodía. La verdad es que la primera impresión cuando uno se encuentra a Lizzy y sus compinches con esos maquillajes terroríficos, esas máscaras que no paró de cambiarse durante el concierto y esa escenografía tan oscura, es realmente sorprendente y chocante. Pero en cuanto se empieza a prestar atención a la música todas las posibles dudas se desvanecen y nos encontramos con un show que nada tiene que ver con su aspecto visual y que nos lleva a los mejores tiempos de metal melódico americano con temas claros, directos y sencillos que nos hacen disfrutar e involucrarnos en el show.

A lo largo del mismo dieron un buen repaso a la trayectoria musical del grupo con un buenísimo sonido e interpretación, sin olvidar ninguno de sus trabajos, pero obviamente centrándose en sus dos últimas obras, “Deal With The Devil” y “Appointment With Death”, con temas como “Tomorrow Never Comes”, “Perfect World (I Don’t Wanna Live)”, “We Only Come Out At Night” o “There Will Be Blood Tonight” que sonaron de lujo, junto a otras más añejas como “Be One Of Us”, “Sins Of The Flesh” o la potente “Me Against The World” donde terminó su temática teatral en el foso de los fotógrafos y entre los fans entregados de la primera fila manchándolos de supuesta sangre que había brotado anteriormente de Lizzy tras pasar su famoso hacha por la boca y mantener un bonito romance con una calavera. Pero a todo esto los temas no eran en absoluto oscuros ni terroríficos en su concepción musical, y lo remataron a golpe de puro hard rock clásico y festivo con su pegadizo “We Got The Power” ya sin máscaras, mi capas, ni calaveras, ni artificios, y con una endurecida versión del mega clásico “Long Live Rock’n’Roll” de Rainbow, que no fue la única cover ya que antes había sonado con rotundidad la motera “Born To Be Wild”. Muy buen concierto, en el que era curioso el contraste entre la imagen y la música, y que sirvió para divertirnos y engancharnos como los que más. A ver si es verdad lo que nos comentó el propio Lizzy Borden por la tarde y les tenemos tocando por España el próximo otoño, cita muy recomendable.
Muy alto habían dejado el listón los chicos del hacha para comenzar el día y le tocaba el reto de franquearlo a otros animales de directo como son los helvéticos GOTTHARD. Afortunadamente son bastante más fiables que su selección de fútbol y volvieron a ofrecernos otro tremendo concierto, al igual que Tesla a una hora muy poco acorde con su clase y pegada, pero poniendo a botar a la ingente cantidad de fans que gozamos con su más de hora y media de descarga. Escenario sencillo, pero amplio en el que se movieron sin parar y como pez en el agua un afinadísimo y entregado Steve Lee que se mostró como uno de los mejores frontman del festival, junto al siempre sonriente y eficiente guitarrista Leo Leoni, para animar el cotarro a base de temazos. Desde el inicio con “Master Of Illusion”, pasando por “Gone Too Far”, “Top Of The World”, o la favorita de Mr. Leoni “Hush” que volvió a ser de lo mejor con el apoyo de los teclados hammond de Nicolo Fragile que se hizo notar mucho en todo el concierto, al igual que el batería Henna Habegger que se salió con una pegada bestial. Cumplieron perfectamente su labor el segundo guitarra Freddy Scherer más metido en harina que en otras ocasiones, y el bajista italiano provisional del que no recuerdo el nombre y que hizo que no extrañáramos al titular Marc Lynn convaleciente de un accidente de moto. Tras este frenético arranque, levantaron un poco el pie del acelerador con la preciosas “I Wonder”, “Heaven” y “Let It Be” con la guitarra de doble mástil de Leoni como protagonista, para volver a meter caña con la enorme “Anytime Anywhere”, con el single “The Oscar Goes To You” que sonó casi mejor que en estudio, y con la rotunda “Mountain Mama” con el talk box de guitarra actuando en primer plano, a todo esto con un Steve Lee que no perdió ni un ápice de fuerza y clase en su voz. Final previsible con el tema título del último disco del grupo “Domino Effect”, con la fiesta total “Lift U Up” que fue de las más coreadas de todo el festival, y el broche de oro con “Al We Are”. Final magnífico para otra magnífica entrega de Gotthard en directo, con ellos el hard rock sigue muy vivo.
Como sucedió el día anterior, teníamos un buen hueco de tiempo hasta la siguiente actuación que nos atraía y volvimos a darnos un paseo por la playa, para regresar al escenario principal con la actuación de los míticos BLUE ÖYSTER CULT a punto de comenzar. Un grupo de culto, que tuvo cierta repercusión sobre todo en Estados Unidos a finales de los 70 y primeros de los 80, pero con los que nunca he llegado a profundizar en su música en exceso. Lo que ofrecían era blues rock elegante, lleno de guitarras, hasta tres se juntaban en el escenario cuando uno de sus componentes dejaba el teclado y se hacía cargo de las seis cuerdas, y con bastante feeling y clase, aunque algo lento por momentos rozando el rock sinfónico. Me quedé con las ganas de ver al batería Bobby Rondinelli, hasta hace poco tiempo en la formación y sustituido por otro cumplidor aporreador al que no conocí, y comprobamos la versatilidad vocal tanto de Eric Bloom como de Buck Drama que se complementaron sin estridencias, pero algo faltos de fuerza. El set era reconocible, sobre todo con “Citiies On Flame”, “Black Blade”, la pesada “Godzilla”, la más melódica “(Don’t Fear) The Ripper” y la marchosa “Hot Rails To Hell” para cerrar. Correctos y solventes, pero sin acabar de enganchar.
Cuarto de hora escaso, cervecita para refrescarnos, y a ver una de mis bandas favoritas de hard rock ochenteno de las muchas que surgieron de California en aquellos tiempos, RATT. Ya me quedé con las ganas de verles en el Atarfe este mismo año, pero por lo que cuenta la gente que les vio en ambas citas acertamos al elegir. Al menos a mí sin ver la actuación en el festival granadino, esta del Sweden me pareció de lo más completa y atractiva, además de extensa e intensa. Me demostraron por qué siempre me han parecido un grupo que aporta algo más, un plus de calidad y clase que supera la media de aquella marea de pelos cardados y falsetes imposibles que nos inundó a finales de los ochenta. Ese plus, aparte de su actitud y buenos temas, lo pone sin duda el señor Warren DeMartini, un pedazo de guitarrista que a la larga fue mi favorito de todo el Sweden, y mira que los hubo buenos. La clase, garra, feeling que desprende son tremendos y brilla sobre el sólido soporte que le aportan el batería Bobby Blotzer y el bajista Robbie Crane que además metió unos buenísimos coros junto al propio Warren y al segundo hacha John Corabi, para completar la rasgada y personalísima voz de un Stephen Pearcy al que encontré en bastante buena forma. La fiesta comenzó con “Tell The World” con una actitud muy heavy, algo a lo que colaboraba la imagen sencilla y nada recargada del grupo, que continuó dando un toque más de crudeza con la primigenia “Sweet Cheater”. Tras las más monótonas y desconocidas “U Got It” y “Walkin’ The Dog”, acelerón con la vacilona “You Think You’re Tough” y la buenísima “Wanted Man” donde disfrutamos del primer solo memorable de DeMartini. Y de aquí hasta el final prácticamente todo temazo tras temazo sonando de maravilla y contagiando a una numerosa y entregada concurrencia, fueron cayendo la frenética “I’m Insane”, las más melódicas “Lack Of Communication” (otro pedazo de solo), “Lay It Down”, “You’re In Love” (súper coreada), “Dangerous But Worth The Risk”, las originales y resultonas “Slip Of The Lip”, “Way Cool Jr.” y “Lovin’ You Is A Dirty Job”, para rematar la faena por todo lo alto con la sensual “Body Talk” y la ultra festiva “Round And Round” que me puso los pelos de punta y me transportó mucho años atrás con la cara llena de granos dejándome el cuello en los buenos garitos de los que disfrutábamos en Madrid. Muy bien por las ratas, y esperemos que sean capaces de mantener el nivel compositivo y pronto nos ofrezcan nuevo material en estudio.
Si Ratt cumplieron las expectativas que tenía depositado en ellos, no menos grandes eran las que tenía para los siguientes que actuaban a continuación el escenario principal. Veinte largos años han tenido que pasar para volver a ver juntos sobre las tablas a los canadienses TRIUMPH, y la espera mereció la pena, pero a medias. Me explico, la clase, la elegancia y la calidad musical demostraron que no las han perdido en absoluto, pero la chispa, la complicidad y la explosividad que se intuía en sus videos ochentenos no se apreciaron en el Sweden. Además el set fue corto, muy corto, y algo extraño para lo que esperábamos, al menos yo de un grupo tan grande como el que nos ocupa. Se quedaron en el año 1983, nada de tres de sus joyas discográficas como son “Thunder Seven”, “Surveillance” y “The Sport Of Kings”, y sobre todo imperdonable el obviar el tema de Triumph por excelencia, “Follow Your Heart”, quince días después todavía no me lo explico. Diez temas fueron los que cayeron, la mitad incluidos en su directo de cabecera “Stages”, y curiosamente del mismo, además de la citada “Follow Your Heart”, se dejaron fuera otros temazos como “Spellbound” o “Empty Inside”, en fin, cosas de músicos. Pero vamos con los que sí pudimos escuchar y degustar de la mano y las voces del batería Gil Moore, el guitarrista Rik Emmett, el bajista y teclista Mike Levine, y del invitado a la segunda guitarra Dave Dunlop, todos ellos con bastante buen aspecto físico y vocal, mejor Moore que Emmett que se relevaron en la voz principal, con este último más centrado en mostrar su tremenda calidad con la guitarra, dejando la cancha justa para Dunlop. Sonaron muy bien los temas, como decía algo faltos de chicha, pero magníficamente ejecutados, desde el inicio con “When The Lights Go Down” que presagiaba algo grande que luego no lo fue tanto. “Lay It On The Line” resultó algo sosa con Emmett cantando algo desganado, para mejorar en “Allied Forces” y en la entrañable “Never Surrender” apoyado por la acústica de Dunlop, como preludio de la más festiva “I Live For The Weekend”. A continuación la parte más espesa con las setenteras casi sinfónicas “Blinding Light Show” y “Rocky Mountain Way” que son bastante mejores para escucharlas en casa. El final mejoró con “Magic Power” y “Rock n Roll Machine” teniendo bastante más pegada y llegada a la gente, para cerrar en el bis con la maravillosa “Fight The Good Fight”. Y se acabó, no hubo más, lo que hicieron fue bastante bueno, pero esperar veinte años para esto, a pesar del buen montaje de pantallas y luces que llevaban, me pareció excesivamente corto e inmediatamente hace que pensemos en cuantos ceros tendrá el cheque que han cobrado por su actuación. Esperemos que nos den otra oportunidad para resarcirnos.
Y de ocasión única, a ocasión única y especial para ir cerrando la cita escandinava. Y bien que se encargó de remarcarlo reiteradamente el pequeño gran genio alemán Tobias Sammet, máximo responsable de esa maravilla llamada AVANTASIA, que no volvería a repetirse en Suecia y que apenas cuenta con unas pocas fechas más en el viejo continente. Se respiraba colegueo, buen rollo, actitud y aptitud desde la intro que dio paso a “Twisted Mind” para que el torbellino Sammet empezara a disfrutar y a hacernos disfrutar rodeado de un elenco de buenísimos músicos que le acompañaron para la ocasión. Algo realmente notable y loable dada la dificultad que tiene reunir sobre un escenario a más de una decena de interpretes, cada uno con sus respectivas carreras y que sacaron adelante una notable actuación llena de guiños y momentos cómplices con el cerebro de la obra. Tras la primera andanada con Tobi como único protagonista vocal, amén de los buenísimos coros de Amanda Sommerville, Claudy Yang y del guitarrista Oliver Hartmann, apareció como siempre imponente y dominadora la figura del gran Jorn Lande para empequeñecer al jefe, algo que no pareció importarle en absoluto ya que continuó derrochando simpatía y buen rollo durante la interpretación de “The Scarecrow” y de “Another Angel Down”. Tras un breve preludio donde lucieron las teclas de Miro, se une a la fiesta el ex de Angra y Shaman André Matos para interpretar “Reach Out For The Light” que por desgracia no pudimos disfrutar plenamente ya que el micro del vocalista brasileño no funcionó como debía y deslució su primera presencia en escena, de la que más tarde se desquitaría en “Shelter From The Rain” que fue de las mejores de la noche. Entre medias hubo tiempo para la entrada en escena de otro nuevo invitado, el veterano Bob Catley que llevó sus aires británicos a lo Magnum para interpretar magníficamente “The Story Ain’t Over”. Llegó el momento del himno que da nombre al proyecto, “Avantasia”, que sonó de escándalo, con Tobi dejándoselo todo y con Sasha Paeth que junto a un sorprendente Hartmann al que sólo conocíamos en su faceta de cantante, lo bordaron con sus guitarras, siempre bien sustentados en la pegada de Felix Bohnke, batería compañero de Sammet en Edguy, y en la solidez del bajista Robert Hunecke, y por supuesto con los coros épicos y grandilocuentes en los que de nuevo Amanda y Claudy mostraron su categoría. Antes de los bises volvió el atormentado Lande para poner su voz en “Serpents In Paradise” y en “Promised Land” de nuevo fantásticas ambas. Volvieron al escenario, por cierto bastante sencillo con apenas un telón blanco pero con muy buenas luces, de forma sorpresiva con”The Toy Master”, el tema que interpreta Alice Cooper en el último disco de Avantasia, creyendo que por un momento el americano con su chistera y su levita estaba allí junto a Tobi para sorpresa de todos. Pero no era Mr. Fournier, se trataba de Kai Hansen que había actuado por la mañana a la misma hora que Lizzy Borden con sus colegas Sotrmwarrior, y que hizo muy bien su papel. Se tranquilizó el ambiente con la deliciosa “Farewell” en la que Amanda Sommerville demostró que no es sólo una chica del coro y se marcó un espectacular dueto junto a Tobi, para acabar cerrando por todo lo alto con un demoledor medley de dos de los temas que más me gustan de Avantasia, “Sign Of The Cross” y “The Seven Angels” en la que llenaron el escenario todos los que habían participado anteriormente, previa presentación del maestro de ceremonias para completar un cierre épico, festivo e inolvidable. Si podéis verlo no lo dudéis, será la única gira que hagan y es algo que merece realmente la pena.
Y faltaba la traca final, la guinda del pastel que cerraba cuatro días de convivencia rockera, con sus altibajos musicales, pero espectacular en general. Los encargados de dar carpetazo a la décimo primera edición del Sweden Rock Festival, eran los iconos del hard rock glamuroso POISON, y a fe que en mi modesta opinión fueron el cierre perfecto para una fiesta por todo lo alto. Y eso que el cuarteto norteamericano, en este caso quinteto al ir acompañados por un teclista, era uno de los nombres del cartel que más dudas me despertaba ya que creía que les iba a venir grande el papel de cabezas de cartel y que no estarían para demasiados trotes después de las continuas idas y venidas, excesos y recaídas que han venido sufriendo en su seno. Se hicieron esperar, pero en cuanto salieron a escena, tras la proyección de imágenes alusivas a la carrera de la banda y una breve intro peliculera, con el tema que bautizaba su primer disco “Look What The Cat Dragged In”, me di cuenta que había merecido la pena la espera y que estábamos ante el show americano en estado puro. Luces de impresión, fuegos, movimiento de lado a lado del escenario, sonido rotundo y limpio, y sobre todo fiesta, fiesta y más fiesta. En cuanto a los músicos, Brett Michaels mostró un aspecto físico muy saludable, con un atuendo bastante rockero, manteniendo su toque glamuroso y con un importante chorro de voz que no defraudó, C.C. Devile pareció bastante recuperado de sus múltiples adicciones e imprimió una velocidad y energía a su guitarra que por momentos rozó el punk, Boby Dall fue el que más desmejorado encontré en su imagen pero cumplió de sobra su labor tanto con el bajo como en los coros, y el batería Rikki Rocket golpeó sus parches con sencillez y eficacia, aunque tuvo algún que otro problema con su instrumento. Tras la primera sacudida siguió el desenfreno con “I Want Action” coreada voz en grito por los muchos que aguantamos hasta el final y a los que consiguieron levantar a pesar del castigo que llevaban ya nuestros cuerpos. Se refrenaron un poco con “Ride The Wind” previa charla alegórica a la libertad de la que habla la letra del tema, y con un bonito montaje visual acompañando su interpretación, y más tiernos se pusieron aun con “I Won’t Forget You” que sonó muy emotiva y para nada ñoña. Nuevo acelerón con “What I Like About You” que quedó muy bien en directo, y nuevo brote de ternura con “Something To Believe In” en la que lució la figura del teclista invitado junto a un muy buen solo de C.C. que consiguió relajarse por un momento. Tiempo para las versiones con “Your Mama Don’t Dance” que nos puso a todos a bailar con su ritmo tremendamente contagioso, al igual que “I Need To Know” que parecía más de los Ramones que de su autor original Tom Petty. Y de aquí al final sin para de botar, salvo otra tierna incursión con la balada por excelencia del grupo “Every Rose Has Its Thorn” con Michaels tirando de acústica como en otras fases del concierto. Los singles claros que hemos escuchado cien veces nos volvieron hacer mover el culo, “Unskynny Bop” puro vacile con Bobby Dall marcando el paso con sus cuatro cuerdas, “Fallen Angel” uno de los mejores temas, si no el mejor que han escrito Poison y que en directo me supo a gloria, “Talk Dirty To Me” subida de revoluciones igualmente divertida, y para terminar entre confeti y fuegos con “Notning But A Good Time” la definición perfecta, para la escasa hora y cuarto que nos ofrecieron y que nos supo a poco. Este es el único pero que le pongo al grupo, que aceleraran tanto para terminar tan rápido y dejándonos con ganas de mucho más, el resto me pareció lo que debe ser una fiesta de rock, ni más ni menos.
Y con una sonrisa en los labios, con el cansancio que iba reapareciendo según nos acercábamos a la carpa discoteca para pegar los últimos guitarrazos al aire, y con la sensación de haber vuelto a asistir a otro gran acontecimiento llegó el final. Vuelta a la habitación, madrugón relativo para preparar el equipaje, desayuno y vuelta a Copenhague para coger el vuelo de regreso a Madrid. Un año más, Gracias Suecia, Gracias Sweden Rock.
Mariano Palomo