14 de diciembre 2010. Sala La Riviera
Entre unas cosas y otras, y por diversas circunstancias personales que no vienen al caso, llevaba justo tres meses sin asistir a un concierto en directo desde que disfrutamos del Leyendas del Rock en San Javier. Y la verdad es que ya había ganas, más teniendo en cuenta que mi reencuentro con el directo iba a producirse con una de las mejores bandas de la actualidad. Por si esto fuera poco aun tenía la espinita calvada de su anterior venida a la sala Joy Eslava de la capital del Reino, donde finalmente me quedé con las ganas de poder verles, y de la que toda la gente hablaba maravillas. Lo único que me faltó es que en esta ocasión abrieran también los tremendos barceloneses ’77 como sucedió entonces, en su lugar lo hicieron unos excesivamente punk rockeros Motociclón que no me dijeron gran cosa en su actuación a pesar de disponer de tres cuartos de hora en los que lo intentaron pero al menos a mi no me convencieron.
Pero vamos a lo importante. Y lo importante empezaba prácticamente a las diez de la noche en punto como estaba anunciado cuando comenzó a sonar una guerrera y épica intro que dio pasó a la avalancha de rock and roll que se nos vino encima de la mano de de estos cuatro chicos australianos que se hacen llamar AIRBOURNE. Así abrieron fuego con “Raise The Flag” a modo de declaración intenciones sonó atronadora y contundente, pero limpia y sólida, con un toque metalero y con un Joel O’Keeffe a la guitarra y la voz encabezando una fantástica formación que no paró de dar caña en la hora y veinte minutos de concierto que nos ofrecieron.
A algunos les puede parecer poco tiempo, pero viendo la intensidad y energía con la que se entregaron Joel, su hermano Ryan a la batería, el bajista Justin Street y el guitarrista David Roads (estos dos últimos prácticamente sin parar de mover el cuello), la verdad es que creo que no se les puede reprochar nada, aunque seguro que nos hubiera gustado disfrutar algo más de su buen hacer. A todo esto la gente, que llenaba casi en tres cuartas partes la sala, ya estaba prácticamente entregada a la causa desde el primer riff que salió de las Gibson Explorer de la pareja de hachas que lo hicieron francamente bien con el telón de fondo de la portada del último disco de la banda “No Guts, No Glory”, del que fueron alternando temas con los de su anterior entrega “Runnin’ Wild”.
De esta cayó a continuación la contundente “Hellfire” coreada por la audiencia junto a David y Justin que apoyaron mucho y bien en los coros durante todo el show a Joel que al final anduvo un poco justo, pero que no paró de moverse e interactuar con el personal, como hizo seguidamente en la contagiosa “Chewin’ The Fat” estampándose una lata de cerveza en la cabeza y soltando su contenido sobre el público para mayor regocijo de estos. Mínimo respiro para cambiar las Explorer por una pareja de Gibson SG de aire más AC/DC para “Diamond In The Rough”, rematada por la tremenda y festiva “Blonde, Bad And Beautiful” que fue de las más celebradas y coreadas, al igual que “Girl In Black” en la que un pipa subió sobre sus hombros a Joel para meterlo entre el público mientras seguía destripando su SG al más puro estilo Angus Young.
Vuelta a la onda más metalera Explorers en mano con “Bottom Of the Well” que también me gustó mucho y en la que el frontman del grupo hizo jugar al respetable con su mechero, cambiándolo por una botella de vino barato, según dijo él, y proponer a la gente que se subiera a hombros del que tuviera al lado para dar cuenta de la cachonda “Cheap Wine & Cheaper Women”. A todo esto sin parar de moverse todo el grupo, y sin dejar de sonar perfectos y rotundos, con cambio de telón por uno negro con el logo de la banda con una calavera alada que sirvió de marco para la más Motorheadiana “Born To Kill” que fue todo un pelotazo. De aquí al final no paró la fiesta, primero con los oes, oes, oes, futboleros del público replicados por las guitarras del Joel y Daivd dando entrada a “No Way But The Hard Way” que ratificó su condición de single, junto a la inmensa “Too Much, Too Young, Too Fast” con la que se despidieron por primera vez agradeciendo de corazón con un gesto con las manos un poco horterilla como suele hacerlo algún futbolista cuando marca un gol.
No se hicieron de rogar y volvieron con otros dos descargas imprescindibles en su repertorio, la primera “Runnin’ Wild” en la que insertaron un mínimo fragmento del “Paranoid” de Black Sabbath, y donde Joel repitió el número de la lata de cerveza pero con tres latas en vez de con una, provocando el éxtasis comunitario de unos fans que ya comían en su mano, uniéndose al final de fiesta de “Stand Up For Rock’n’Roll” que puso el cierre. Una tremenda actuación en la que, por si había dudas, Airbourne se reafirmó como una de las apuestas seguras dentro del hard rock’n’roll de presente y de futuro. Clase, actitud, y juventud les sobran.
Mariano Palomo
























Comenzó la debacle y con los madrileños totalmente entregados a Kiss, y la banda ya mucho más suelta y cómoda, los temazos fueron cayendo uno tras otro como auténticos mazazos de Rock´n´ Roll.
Los jovencísimos
En la sala tenían a la venta una demo de tres canciones, que es el adelanto de su futura maqueta. Pero, como digo, la mala fortuna se cebó con ellos. Cuando apenas llevaban unos minutos, dejaron de oírse varios instrumentos. Al menos demostraron recursos, mientras se reparaba el desaguisado el batería y uno de los guitarras improvisaron solos para entretener a la gente todo posible. Para cuando se arregló todo apenas les quedó tiempo para un par de temas. Una lástima. Esperemos volver a verles en mejores circunstancias, porque lo poco que tocaron lo hicieron derrochando ganas.
Recuerdo que cuando escuché el segundo y por ahora último disco de los catalanes
Es curioso que Ritmo y Compás es la sala donde quizá hayan tocado más veces los
Y, para no ser menos, Pedro de Regresión, ayudó cantando en “Besos de Serpiente”. Tanto los músicos como los asistentes disfrutamos de los lindo. La genial descarga finalizó con “Soy Yo” y “Cazador”. Como de costumbre con Leyenda, cuando terminan esperas no perdértelos en la próxima ocasión.
Buena y divertida actuación Eric Martin y sus chicos, en la que algunos echaron de menos su vena más A.O.R. de los primeros discos pero que, al menos a mi, me hizo pasar un muy buen rato, bastante mejor que el modernito que nos ofreció en el Gods 2002.
Se abrió el evento con la actuación de
Abrieron fuego con “La Paz Es Verde”, con Angela llevando con poderío las riendas vocales, turnándose con Jose Antonio a continuación para “Es Nuestro Momento” dando un colorido especial al tema, al igual que a la maravillosa “Más Que Una Intención”, a pesar de que el sonido no llegó a ser todo lo limpio que hubiera sido deseable. Tras esta trilogía recordando la etapa Oñate, echaron la vista atrás para ofrecernos “Ser Urbano” con Angela ofreciendo sus mejores prestaciones, dejando a José Antonio que se desmelenase para intercalar un breve retazo de “Enter Sandman” de Metallica para sorpresa de la concurrencia. Vuelta al sonido más melódico con “Desaparecido” que sonó ya mejor con especial mención para los teclados de Carlos y para el dueto vocal, para comenzar la recta final del show en onda más fiestera con la comiquera “Capitán Trueno” con tarta incluida para José Antonio que acabó mezclándose con el respetable tras haberle cantado el cumpleaños feliz.
Otra de las sorpresas que nos tenían reservada era la ejecución de “Hermano Enemigo”, uno de los temas bandera de Cuatro Gatos para el que invitaron a las tablas al nuevo vocalista de Viga Isaak que le dio un punto más de agresividad a la actuación. El cierre no podía ser otro que “Días De Escuela”, un himno generacional que nunca pasa de moda y que fue cantado por los asistentes recordando tiempos pasados, casi siempre mejores. Buena actuación de Asfalticca, aunque algo descoordinada y saturada en su sonido por momentos, y que sirvió para recordar a uno de los nombres más grandes del rock nacional.
Momentos de descanso y vuelta a la acción con los vigueses
Nos sorprendían acto seguido con una versión que podíamos esperar que fuera de Skid Row, Motley Crue o similar dados los derroteros iniciales del concierto, pero no, tiraron de producto nacional y nos hicieron cantar con una personal y sentida interpretación de “Siempre Estás Allí” de Barón Rojo adornada con algunos retazos finales de "Knockin' At Heaven's Door" de Bob Dylan vía Guns n' Roses, que fue bien recibida por la concurrencia. Continuaron con la caña inicial destripando “No Soy Diferente A Ti” todo un pelotazo hard rockero para ponerse sentimentales con “Mirando Al Cielo” dedicada a un amigo de la formación fallecido recientemente, subiendo un poco la temperatura con “Lo Mejor De Mi” rallando el A.O.R.
Para el final tenían reservado todo un ejercicio de actitud, agresividad bien entendida y calidad musical, desde el pique de guitarras entre David y Fran con toques blues y sureños acabando de forma frenética revolcándose por el suelo de la sala entre el público, para descargar con rabia “Nada Como El Rock’n’Roll” que nos hizo movernos sin remedio, al igual que la contagiosa “Cuando El Mundo Pare” con la que se despidieron de nosotros dejándonos un grandísimo sabor de boca pero con ganas de más. Ya estamos deseando volver a verles por aquí, y si no os queréis perder a uno de lo mejores grupos de hard rock nacional de la actualidad apuntar su nombre y no lo olvidéis, The Mirage.
Después del huracán olívico que nos acababa de pasar por encima, era el momento de descansar un rato, escuchar una encendida disertación a cargo de José Mora acompañado de Oscar Sancho (Lujuria) que pusieron las cosas en su sitio a cerca del panorama rockero nacional, sobre todo el segoviano con su vehemencia habitual y con más acierto que nunca, sin olvidar el recuerdo a los que nos han ido dejando por el camino.
Tras lo cual era el momento de asistir a la reentré de los míticos
El grupo sonó sólido y limpio, sin hacer experimentos en los temas y ejecutándolos más que correctamente, como sucedió seguidamente con las menos conocidas “Sucio Embaucador”, “Bajo El Fuego” y “Fuera De Control”, igualmente bien acogidas para dejar el momento solo de batería a Oskar antes de continuar con “Corriendo Salvajemente” en la que Sasa ya dio muestras de agotamiento en su voz aunque defendiéndola de forma más que solvente. Aceleraban con “Extrañas Criaturas” y sobre todo con la coreada “Tú No Eres El Mejor” cuya letra sigue vigente en la actualidad a pesar de tener más de veinticinco años, dejándonos a continuación una muestra de su trabajo actual con “Ultimo Cartucho” un buen tema que mantiene la esencia Sobredosis aunque algo más actualizada sobre todo por la labor en las guitarras de Miguel y José que mostraron un buen nivel.
El final fue un no parar de cantar y botar con tres himnos como “Sangre Joven”, “Chico” y la tremenda “Aliate” en la que invitaron a Oscar Sancho a cantar compartiendo tareas vocales y de ondeo de bandera de Sobredosis con Sasa rematando una entrañable, honesta y divertida actuación de los madrileños que parecen reverdecer laureles y a estabilizarse con esta nueva formación.
Si anteriormente la espera había sido cortísima, esta vez se nos hizo más pesada hasta que aparecieron